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6.5.06

Promesas naturales: la contradicción que no genera

Hace mucho tiempo que no leía algo que me costaba tanto entender; que no me defraudaba tanto algo que me habían recomendado y que había recibido tantos elogios. Sin embargo, Promesas Naturales, de Oliverio Coelho logró cada una de esas cosas en forma rotunda.
El otro día hablaba con un amigo de Oliverio de la novela y en un punto, me dí cuenta que no podía decir de qué trataba la historia. Digamos que lo que pasa es que hay una chica que se llama Bernina que vive en los territorios externos y que se mete en los territorios internos de una administración de clara raigambre kafkiana, donde la burocracia supera cualquier intento de racionalización, donde conviven distintos seres y distintas especies que, no se sabe bien cómo, mutaron en lo que son; a veces, parece una necesidad de adaptación al medio y otras, otra cosa más o menos inentendible. Ahí, Bernina va teniendo diferentes aventuras, todas cargadas de metafísica, de ontología, de hermeneútica impedida. El problema no es que las aventuras sean metafísicas, sino que no se entienden: se esconden atrás de ese tufillo cargado de exceso intelectualoide puanesco y lo hacen tan bien que parece imposible hallarlas.
Uno de los problemas de Oliverio – bah, una de las razones por las cuales tuve que dejar el libro en la página 112, después de un mes y medio de intentar encontrar razones para leerlo o razones para entender qué pasaba – es que él piensa mucho. A veces da la sensación de un tipo obsesivo corrigiendo mil veces la misma frase hasta lograr algo tan artificial, tan falso, tan poco vívido que no permite que nadie ingrese; si el libro pretende ser de aventuras – a grandes rasgos – metafísicas, no lo puede hacer porque nunca toma ritmo, nunca concede nada, todo permanece en el escondite recóndito del vacío teórico.
No está mal corregir una y otra vez; de hecho, todos – salvo, quizás, las cosas que escribimos en el blog – lo hacemos innumerables veces y nunca quedamos conformes con el resultado; pero lo que pasa acá es que yo me imagino el siguiente proceso.
Tomo un párrafo de la novela (*) :

“Entraron a la casa. Mientras Chatran ordenaba un poco
su monoambiente de paredes blancas, Bernina descansó en la única poltrona de la
casa. No retornaba de su atípico desmayo. La espiral de hiperconciencia
levantaba entre la percepción y su cuerpo un vallado de alucinaciones que se
manifestaban en una confusión acelerada de signos. Lo que ocurría en torno de
ella, pensó, era la escala menor de una cadena deductiva que confluía en los
nonos y en los lotarcios: lo sublime y monstruoso de la especie transplantado en
los territorios paralelos. Recién en ese momento, trepando por una enramada de
deducciones, supo adónde había llegado. Se sintió decepcionada, no tanto por los
paisajes circundantes como por Chatran que en un típico ataque de frivolidad no
dejaba de asear su monoambiente para realzar la calidad casi inexistente de sus
pertenencias.”
Lo que está diciendo ahí Oliverio es que a Bernina le parece medio estúpido que Chatrán, con quien tendrá sexo en breves líneas, arregle su casa. No más que eso. Claro, usted dirá, Crimen y Castigo también puede redescribirse como la historia de un tipo que mata a un par de viejas y lo agarran; en eso consiste la literatura, fucking PH. Sí, seguro. ¿Pero hace falta recargar tanto eso? ¿Hace falta esconder tanto la acción, lo que está pensando la protagonista? ¿hace falta hablar de cadenas deductivas que no se reconstruyen? ¿qué es la escala menor de una cadena deductiva: un axioma, un supuesto, lo menos importante? Para Coelho, hace falta, por supuesto; es imprescindible. Pero ¿por qué?
La hipótesis del proceso es que Coelho tiene muy poco que contar en términos de historia; entonces, toma cada acción y le va agregando palabras nuevas, aforismos que tienen buena apariencia, retazos altisonantemente teóricos, hasta hacer casi desaparecer la acción que dio origen a esa “supuesta reflexión.” (El punto culmine es cuando describe un asado de la manera más enrrevesada posible.)
Lo llamativo es que me pareció reconocer un lugar común de la vanguardia literaria, como lo es la desconfianza completa hacia el lenguaje como medio de opresión, como instrumento de dominación, como muerte del escritor, como asesinato de la individualidad creativa; en Promesas Naturales, se enfatiza esto por recursos un poco obvios como por ejemplo poner en cursiva al término idioma, extraer consecuencias destructoras de la identidad del hecho de nombrar, de la importancia de no decir nada, etc. Ok. Entiendo la parte teórica. ¿Pero no hay una contradicción entre esa desconfianza profunda acerca de las capacidades del lenguaje y utilizar deliberadamente un lenguaje cada vez más extraño, más hermético, más inentendible para narrar? Ahhhh. Es que lo que te está mostrando es justamente eso, flaco, que el lenguaje no te permite expresar nada porque, en definitiva, siempre es una herramienta extraña, una exterioridad irreconciliable con el YO. Ahhhhh.

Y la pregunta sigue siendo la misma: ¿y entonces para qué usa el lenguaje para escribir literatura? ¿porqué no hace un libro de fotos y dice que es una novela?

(*)Un blog opuesto, el de Diego, hizo primero algo similar a esto; lo hace mejor que lo que se hace acá y realmente está muy bien lo que dice.

20 comentarios:

Nicolás Mavrakis dijo...

Mi experiencia como crítico menemista de escritores de vanguardia argentinos es que hay una carga, una muy densa carga teórica, "puanesca", que obtura en un 90% todo margen para la creatividad.

Y ante esa densa carga surgen dos opciones: la intención de huir a través de una pretensión de "mainstream" - que, en realidad, no es tal, porque en el fondo gesta un evidente desprecio por el "mainstream" mismo - o el recogimiento convencido y militante en una literatura muy hermética y muy teórica, inaccesible para todo aquel que no pertenezca a la "esfera puanesca".

Son dos maneras de plantarse ante un tan alevoso grado de especialización que por momentos se convierte en autismo irrecuperable.

(En "números" es jodido, sobre todo la segunda opción. Porque, digo, el 99.99% de los compradores de libros piensa la literatura en otros términos, con otros fines; más sencillos y saludables).

paula p dijo...

yo creo hojeando el blog o leyendo cuentos de interne se huele un poco de esa densitud, no? capaz soy muy prejuiciosa pero cómo llego usté a pagar el libro?!
capaz tengo el bolsillo mas flaco
beso*

Anónimo dijo...

queridísimo playmobil, quiero transmitirle simplemente dos ideas:
1°- la burocracia SIEMPRE supera cualquier intento de racionalización, piense dónde trabajo y va a ver que se lo digo por culpa de la maldita experiencia.
2°- seguro que oliverio cohelo es malísimo haciendo asados, no como usted que no peque de modesto, hace maravillas ahí en el patio de su hogar.

Playmobil Hipotético dijo...

mavrakis: estoy bastante de acuerdo; parecería que, llamemos a grandes rasgos, la generación joven de literatura argentina necesita - quizás como siempre - legitimar dos cosas: una, qué cosas aprendió en Puan; dos, porqué hay que leerlos. Ahí encontrás varias opciones; creo que la peor es la que elige Oliverio, que es reconstruible así: "leeme porque estudié en Puán". Eso me molesta. ¿Por qué? Porque, como decís, lo importante es otra cosa a la hora de comprar un libro; y segundo, porque la literatura presenta infinitas posibilidades que se pierden ahí, en esa atmosfera soporífera que uno conoce bastante.
Paula: yo le cuento; un día estaba buscando un libro de Selby Jr., no lo encontré y me quería llevar algo y como me acordé de unos amigos que me lo habían recomendado, caí; pero es verdad; se nota.
Luciana: como me conoce: sabe que halagarme los asados es decirme algo más lindo que cualquier otra cosa. gracias
flavio: vamos a abolir a Puán directamente.

Anónimo dijo...

No lei Promesas Naturales. Si lei Borneo y no termine Los Invertebrables, por poco. A mi en lo particular, excepto por alguna que otra imagen que me pueda resultar graciosa, ninguno de esos libros me interesa en lo mas minimo, por mas que sean mucho mas interesantes que el resto que andan dando vuelta de jovenes que estan en guardia.

No me interesa tanto la manera de escribir que para mi esta mas sujeta a me gusta o no me gusta, quizas lo que me molesto al leer a Oliverio es que se del vamos que el lector no le interesa y puede estar bien, tampoco lo vamos a obligar a escribir como queremos, pero tengo la sensacion de asistir a una especie de casamiento entre el y la literatura, entre el y su universo, entre el y su busqueda de desentrañar un idioma o codigo al cual no estamos invitados. No siento, como me gusta sentir, al leerlo que yo como lectora completo, reescribo el libro. No siento modificacion alguna, siento a lo sumo que aprendi un par de palabras nuevas.

Es extraño porque todo lo contrario me pasa con los 3 cuentos que lei de el, en especial ¨Esa Mujer¨, la unica eleccion decente de ¨La Joven etc¨, que es un relato elegante, sobrio, acertado, en donde la literatura esta economizada, limpia. Nada sobra. Voy a exagerar con la comparacion pero es el unico autor que se me ocurre, pero ese cuento, y losotros dos tambien, me recuerdan a la economia en el orden de Carver. Clasico y directo.

Por otro lado y ya que estoy aca leer el nombre ¨Chatran¨ me hace acordar a las peliculas del celebre gato, en especial a una en la cual el felino cae por una catarata y mi madre me juro que ¨Esta vivo Helena, esta vivo¨.

Saludos.

Anónimo dijo...

A ver, a contrario de Pailos, me es difícil opinar sobre libros que no leí y no leí a Cohelo por una simple razón: el nació el mismo año que yo (77) y ya publicó como 5 novelas y yo apenas escribí una que duerme el sueño de los justos. Es decir que no lo leí de frustrado envidioso que soy y si lo leyera seguro que lo haría bajo ese filtro(o todo lo contrario, trataría de buscarle el lado positivo para que no se me note la frustración envidiosa)
Ahora bien, hay en la tradición argentina literatura que experimenta con el lenguaje sin ser ningún bodrio (cf. Osvaldo Lamborghini) Supongo que es una cuestión de saber combinar distintos discursos y no ponerse demasiado serio o solemne respecto a la propia escritura.
Los asados minuciosos parecieran ser un homenaje a Saer, que insistía con ese "ritual" en sus novelas y una vez escribió que un personaje cortaba rodajas "ovales" de salamín (bueno, Saer, tomado para el churrete es para cagarse de risa).
Adieu

Playmobil Hipotético dijo...

H: qué bueno verla, hace rato que no se paseaba pro estos lares. Desde ya me parece exagerado la comparación con Carver, pero tendría que leer el cuento de Oliverio. Evidentemente, la literatura tiene dos partes: una, la del lector y otra la del escritor. Lo que hago acá cuando hablo de los libros que leo es lo que pienso en tanto lector y a veces en tanto escritor con poca voluntad. En tanto lector, me parece tan hermético como si leyera malayo; y eso es lo que no permite producirme nada, salvo un poco de hastío y bronca; juro que tenía ganas de que me gustara.
zedi: capáz que la critico de mala leche que soy, justamente por esa envidia contemporanea (no, mentira, no es por eso). Terranova escribió bastante y acá se lo banca con límites claros, pero se lo banca.
Puanex: no sé; manejalo. Gracias por lo de adolescente pero no, ni un poco, dejé de serlo desde que pago el monotributo. Y en otro orden de cosas, ponete serio y no comparés barbaridades.

Anónimo dijo...

Yo sí puedo hablar de libros que no leí. En Filosofía nos entrenan para poder tener opinar de cualquier cosa, y entiendo que es una virtud no menor (la de poder participar de modo mas o menos interesante en cualquier diálogo). No le voy a hacer asco a un tema tan poco desafiante como es un libro -un autor- no leido.
Kuhn (por ejemplo) nos enseña que la serpiente del prejuicio se extiende por doquier. Pues bien, no lo niego: tengo un prejuicio favorable (un previo fervor) hacia Oliverio. Me gusta lo que promete: una ciencia ficción vernácula, la clásica combineta de alto y bajo (nivel de) lenguaje, juegos elípticos de palabras. Cierto hermetismo, claro. Pero está bien el hermetismo (a veces). Es (esas veces referidas con el a veces anterior) un desafío: descubrir o recrear o inventar la trama que otorgue (cierta) racionalidad al discurso. Se puede hacer lo mismo con Joyce y Lamborghini con sumo provecho. (Aunque la intención de Lamverga fuera, a veces, no referir. Pero, ya lo sabemos: (cuando se nos canta) el autor no importa, así que imaginen sus intenciones.)
De todos modos lamento concluir que el juicio negativo de PH solo retrasó la compra de 'Los Invertebrables'.

PD: Uno habla desde lo que tiene a mano. Si se frecuentó Puán, ¿por qué no escupir lo que nos formó? ¿Hay modo de no hacerlo sin hacerse violencia?

Nicolás Mavrakis dijo...

Flavio Pedemonti, yo te hago dos observaciones. Eso que decís ya lo dije yo al principio con la elegancia que me caracteriza. Y a los besos hay que andar con las chicas de Antropología; no con las de Educación, que suelen ser gorditas insoportables que todavía juegan a las maestras.

Anónimo dijo...

Ph, yo siempre lo visito no crea que no :)

La comparacion es exagerada, y hasta seguramente equivocada, pero es solo un rizoma. El cuento esta en online, creo, los 3 cuentos que lei al menos. Si los encuentro te los mando y asi me decis.

Yo tambien tenia ganas de que me gustara, pero en fin. Igual Borneo tiene ciertos destellos. No se, por lo menos esta mas cerca de Cohen, mi favorito, que de ser un heteronomino de Castillo, del cual me caen bien sus declaraciones del tipo ¨juntarse con escritores hace mal¨, o Lamborghini O., que esta tan de moda que lo prenderia fuego, por supuesto para el escandalo de Puanex que conocio a Oliverio en circunstancias mas que inconcebibles, probablemente lo ame, y aclara que es mujer, seriamente, como si en su discurso no estuviese implicito que lo es, una mujer mas que comun, vale decir.

Ah la calentura....como le gana a la razon, no?

Saludos PH .)

(Quiero aclarar que las que estan buenas son las de, ejem, filosofia, ejem, las que no suelen ir nunca, me molesta esta tos, las que pierden el tiempo en El Puente, eh....bien, me voy )

Anónimo dijo...

no sé, hipotético, yo no leí el post porque es muy largo y tampoco los comments por la misma razón (aunque me apena que parece que alguna enamorada te bardeó porque, aunque no leí lo que pusiste, sé que no solés merecer mucha hostilidad)pero sobre todo porque hay un fotolog que sigue triste y playmobiless. snif, snif.

Anónimo dijo...

con respecto al debate marginal entre pedemonti y mavrakis, sumo mi voto por las chicas de artes. O de letras, por qué no.

Playmobil Hipotético dijo...

pailos: sabrá que yo tenía el mismo prejuicio bondadoso; ¿hacerse violencia a sí mismo no es algo que hacemos todos los días cuando empezamos a pensar?
Flavio: las de letras, claramente, por cálculo de probabilidades.
Puanex: sos re grossa. Espero que te vaya todo muy bien.
H.: Yo creo que cuando Coelho tiene una historia,puede llegar a contarla más o menos bien; pero si no se le ocurre ninguna, queda sólo una forma amorfa y vacía; puede ser que el formato cuento hasta le dé una mano con eso; si podés y te acordás, mandalos.
Extraño el Puente, es de lo poco que extraño, inclusos esas sillas tan tremendamente incomódas.
resentida; ya se revertirá y me tendrá que expulsar

Anónimo dijo...

Ya que todo se degenero, siempre pasa, quiero decir que el definitivamente con respecto a las niñatas de Letras, si niñatas ¿y que?, es mas que discutible. El promedio de la niñata Letras es la clasica pequebu que se niega a crecer: hebillita, mochilita,the night before xmas, flequillito extraño, cortecito de pelo raro, remeritas a rayas, mucha quinta avenida.....no se....no se, a mi esa onda no me calienta.

Conozco dos chicas de antropologia muy lindas y las de historia no estan mal.

Con respecto a los chicos, si que se creen que de uds no se habla, los de filosofia con esa aire taciturno y polerita, pero de lejos, roban los de sociales.

Anónimo dijo...

la verdad, h, que recibo con beneplácito tu opinión. Pensé que los de filosofía ni figurábamos en el top ten.
Las de letras son las más lindas de la facultad. Pero sospecho que las de Arquitectura son las más lindas de la Universidad.
Mi amigo Zatoichi, siempre tan prejuicioso, sentencia: en general, cuánto más plata tienen, más lindas son.

Anónimo dijo...

Eso ultimo que dice es muy cierto Sr Palios, muy cierto.

Y los de filosofia en Puan rankean primero pero en la Universidad los de Sociologia, seguidos de cerca, es tragico pero hay que decirlo, por los de Economicas.


¿Nadie va a poner un VOTO por las chicas de Filo? Avivense!

Silvio Astier dijo...

Obvio, yo pongo el voto por las chicas de filo !!!

rolo dijo...

No creo en esa carga Puanesca, y Puanex creo tener la sensibilidad necesaria para llegar a Oliverio.

Mavrakis querido: tu no sabes lo que es la elegancia.

Ah, en mi ciudad prefiero las chicas de Fonoaudiología (tienen mucho tiempo como para conocernos mejor).

Anónimo dijo...

Al final hay que dar la razón a los que dicen que ponemos un blog para levantarnos minas.

Perdón por el atraso, pero me es difícil dejar pasar esto. Puanex escribe:
"PH, antes que todo yo no creo que vos tengas ninguna experiencia de lectura"

Si yo NO creo que vos tenés NINGUNA
es porque creo que tenés algo, mucha o muchísima experiencia de lectura. O sea, Puanex, yo creo que vos no tenés ninguna experiencia de escritura.

2 "si conocieras a Oliverio (obvio que no en las circusntancias en que yo lo conocí) tendrías mucha pero mucha vergüenza de vos mismo"
Bueno, por lo que sé de las preferencias sexuales de Playmobil supongo que esas condiciones no se reeditarán. Pero acá lo que se discutió fue el texto, no la hombría (de bien) o el centimetraje
de Oliverio. ¿Ya no enseñan en Puan eso de separar sujeto de la enunciación de sujeto del enunciado?
Como diría Playmobil citando a Guillermo Nimo "Oliverio Cohelo será una gran persona, un excelente padre de familia, pero su novela merece la perla negra"

Playmobil Hipotético dijo...

zedi, es que no terminan de entender la filosofía de nimo; debe ser por la boquilla
flavio: aplaudan, no dejan de aplaudir, los goles de saturno que ya están por venir