type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: enero 2007

31.1.07

Personajes secundarios (ii)




  • Cada vez que lo veo a Porcel en Carlito´s Way pienso que Al Pacino lo va a abrazar y le va a decir: "Gordo, rajemos que vienen las chicas".


  • Después de ver Ten de Kiarostami y al pendejo insoportable ese maltratando a la madre porque se divorció, tengo la fuerte intuición de que los psicológos freudianos no deben ser muy populares en Irán.

29.1.07

Otra de las razones por las cuales queremos tanto a Daniel Hendler



Ya lo escribí mil veces: mi mejor amigo imaginario es Daniel Hendler. Ya la ví más de cinco veces y El Fondo del Mar me sigue pareciendo una enorme película.

En una de las escenas del principio, Ezequiel– Hendler - va a la casa de su novia,– Dolores Fonzi – quien está a punto de dejarlo aunque él se resiste inútilmente, como suele suceder. Luego de intentar infructuosamente tener algún acercamiento parecido al cariño, Hendler se queda acostado mientras Fonzi sale del dormitorio. Mirando el piso, Hendler descubre una mano que sale debajo de la cama y toma un zapato de hombre. En vez de asomarse, cagarlo a trompadas, hablar con Fonzi, Hendler se pone la campera y se prepara a irse.

Ana: - ¿Dónde vas?
Ezequiel: - A lo de mis padres.
- …
- Es viernes y la General Paz se congestiona mucho.

26.1.07

Mojate por Goethe


Desde la ventana de casa, en la cual no se cayó la persiana de casa de alquiler correspondiente, veo Pompeya, Valentín Alsina, Lanús y si me achino los ojos, Gerli. En realidad, sólo veo los cielos. Un cielo en celeste y gris. Una nube que forma una torre gigantesca, al lado de la cual se construyó una montaña sin nieve en la cima.

Hoy llovió. Y como cada vez que llueve, yo dejé la ventana abierta, incluso sabiendo que si la dejo abierta, se me van a mojar los libros.

No se me mojan todos los libros, sino que se me moja un libro. Uno que nunca terminé de leer, que empecé a leer y me aburrió soberanamente; ahora, las hojas Porrúa a doble columna en donde están prohibidas implícitamente las anotaciones marginales, tan de apunte, tan de artículo que uno trata de entender y apropiárselo, están en dos tonos de marrones: uno natural y otro acuático, un marrón Río de la Plata.

Hace seis meses que vivo en esta casa de alquiler y ya se mojó más de diez veces; como si estuviera demostrándome que, a pesar de que lo ignore, de que no lo lea, de que ni siquiera me tome el trabajo de ponerlo a secar como el libro de Amalfitano, a pesar de todo eso, el libro está creciendo, está tomando con violencia espacio correspondiente a otros libros.

Lord Byron y Novalis, sus vecinos secos y silenciosos, se están haciendo más flacos, se están estirando para llegar al final de los estantes, como si fueran luchadores de catch que quieren tocar las cuerdas para que el castigo cese.

Un día de estos, cuando junte valor, voy a abrir Don Juan, esperando que las letras de Poesía y Verdad de Goethe se hayan pasado de libro; quizás así pueda leerlo.
(*) foto de acá

24.1.07

Triste como película de boxeadores


El boxeo tiene un raro concepto que le es casi definitorio: el de paquete. Un paquete es aquel boxeador que sube a un ring con la única finalidad de mejorarle el récord a su rival; en general, el paquete se deja caer en alguna vuelta preestablecida por los promotores, tiene escaso nivel físico, y está a punto de abandonar el boxeo.

Hay veces, sin embargo, que el paquete, aún sin dejar de serlo –sigue peleando mal - es idolatrado y puesto a nivel del campeón. En general, eso sucede por alguna peculiaridad física. El ejemplo más claro de esto en la actualidad es
Nikolai Valuev, un ruso que es enorme, parecido a un Hombre de las Nieves mal afeitado, y que mide 2.16; eso, sumado a que su promotor es el miserable de Don King, y que en Estados Unidos siguen soñando con que los boxeadores soviéticos son máquinas de matar como Ivan Drago, lo llevó a ser el campeón mundial de los pesados.

La última película de Humphrey Bogart, The Harder they Fall, es sobre estos paquetes-campeones en el boxeo. La película, además de ser una de las mejores películas actuadas por Bogart, tiene una escena trístisima. Bogart es un periodista sin trabajo al que lo contratan para hacer una espectacular campaña de prensa para Toro Moreno, un boxeador argentino que es enorme pero que pelea malísimamente y que llega a combatir por el título mundial gracias a que le ponen como rivales a boxeadores arreglados, enfermos y en decadencia.

En un momento de conciencia moral, el mismo Bogart intenta convencer a Toro Moreno de que es un pésimo boxeador y que debe volver a su país antes de que lo conviertan en un espectáculo de feria. Toro Moreno no le cree nada – él “ganó miles de peleas” (arregladas, claro, pero no lo sabe); “mató a un tipo sobre el ring” (el tipo peleó con 41 grados de fiebre pero él no lo sabe) –. Entonces, Bogart llama a un negro curtido de sesenta años que es parte del rincón del Toro Moreno y le pide que peleen durante un minuto. A la segunda trompada del negro y a la segunda caída aparatosa de Toro Moreno, éste empieza a llorar desconsoladamente.

Esa misma sensación de tristeza infinita es la que tuve cuando terminé de leerí El Curandero del Amor, la última novela (¿?, cuentos, guión de historietas sin continuidad?) de Cucurto.

19.1.07

Avances de GH 07




Un buen día lo van a nominar a Diego, el que estuvo en cana por dos años. Ese día se van a complicar las cosas. A esta altura, el muchacho va a haber construido una especie de jerarquía carcelera: el boxeador va a ser una especie de buchón y el barrabrava va a ser su general. Luego de intercambiar palabras fuertes con las y los que lo nominaron, los tres van a tomar tres cuchillas de la cocina y los van a encerrar en alguna habitación. Clásica toma de rehenes.

Sin apuro y con la serenidad que le dio la cárcel y un pasado como poronga de pabellón, Diego se va a relajar violándose a cada una de las participantes, otrora fantaseantes con la posibilidad de un éxito como estrellas de tercer categoría en la televisión; luego de violarlas él, el barrabrava y el boxeador – en ese orden -, les cortarán el cuello, les producirán un corte a la altura del ombligo, logrando una vagina de unos treinta centímetros. Luego de arrojarlas a la pileta, que tomará el típico color carmesí de la sangre coagulada, fumarán paco.

Mientras los participantes masculinos entran en estado de shock y rezan a Sai Baba para su salvación, ingresará en la casa, no en calidad de participante sino como mediador, el Ingeniero Carlos Blumberg, portando la clásica carpeta con la foto de su querido hijo, Axel, que era rubio y no se drogaba. El barrabrava, inexplicablemente, se va a enternecer con las canas del líder de la oposición y querrá abandonar todo, frente a lo cual Diego lo va a cortar, después de una pelea pareja. Blumberg, mientras tanto, prende velas y clama por Justicia. El boxeador le quemará con esas mismas velas el pelo al ingeniero, quien saldrá corriendo y terminará ahogándose en la pileta sangrienta.

Las comunicaciones con el Grupo GEO y el Grupo Halcón se harán frecuentes y el intercambio de rehenes se hará lentamente; a cambio de liberar a un rehén, Diego les pedirá que dejen ingresar a la casa a un excompañero de celda, que vendrá munido de un cargamento de paco, pajarito, y mantas para mantener la privacidad.

Ya casi convertida en una celda de máxima seguridad, la casa del GH tendrá un último participante original no involucrado en el motín; éste, claramente, será el gay declarado. A pesar de que el boxeador intenta ayudarlo a huir una noche, los compañeros carcelarios de Diego lo van a descubrir y van a matar al púgil. Un poco golpeado, el gay será presentado ante el trono del participante con pasado presidiario. Sin exceso de romanticismo ni ternura ni un te quiero, el gay será la novia de Diego y se sentará a sus pies, dispuesto con su culo de manteca a satisfacer los deseos del varonil, brutal y presidiario pene.

A partir de ahí, la producción de GH cambiará el título del programa, que comenzará a llamarse “Reclusos” y se transmitirá las 24 horas en vivo, también por el canal 15.

15.1.07

El duelo de precognitores


John Smathson descubrió en los avisos clasificados de The Croke Observer, diario de edición limitada en el pequeño pueblo de Wayton Croke, que otro precognitor comenzaba a operar allí


“Mark P. Jayle
Sepa su futuro como sabe qué comió por la mañana.”


Luego de amenazar con sacar su publicidad de media página del periódico, Smathson cayó en las redes del publicista de The Croke Observer y terminó por comprar una página entera en la edición del sábado.

Al sábado siguiente, mientras Jayle abría el diario, leyó

“Smathson.
Usted ya sabe qué come todas las mañanas. Averigüe cuando cambiará su vida”.
El martes siguiente, Jayle consiguió convencer a un periodista local de publicar una nota sobre su primer éxito en el pueblo. Según contó el señor Wahlberg, su esposa fugada hacia 8 años lo había llamado por teléfono a las 9 y media de la noche, tal como pronosticó Jayle en la primera cita que habían tenido. La noticia terrible que Jayle había anticipado que su esposa le revelaría era que un artefacto explosivo iba a detonarse en la estación de trenes de Wayton Croke el miércoles por la mañana.

Cuando Smathson se despertó en el sofá de su sala, tomándose la cabeza y pasándose la mano por su áspera lengua, lo primero que vio en la televisión que había quedado encendida toda la noche fue el incendio que los bomberos todavía no habían podido controlar en la estación de trenes. Era miércoles.

A pesar de estar detenido por cuatro días en la comisaría, cuando Jayle volvió a su casa, su contestador tenía 47 mensajes. La mayoría eran de personas del pueblo y de ciudades cercanas que le pedían cita. Jayle se sirvió un whisky, colgó el recorte del diario en la pared y lloró.

Lejos de desanimarse, Smathson sintió la competencia comercial como el anhelado envión que precisaba su carrera. Mientras sus clientes habituales llamaban para cancelar sus citas, Smathson intentaba superar la profecía de Jayle; sin embargo, luego de algunos días, la frustración empezó a gobernar la situación. Sólo podía anticipar choques de autos en la ruta estatal, muertes de ancianos, adolescentes violadas en el baile de graduación, etc.

Los sábados siguientes, The Observer publicó en su página central un nuevo aviso de Jayle.

“Apoye la lucha contra los terroristas. Visite al único precognitor del pueblo”.


Smathson llamó a un escribano, le hizo certificar la fecha que figuraba en una hoja de papel escrita, metió la hoja en un sobre y la depositó en una caja de seguridad del First Bank of Wayton.

El primer cliente de Jayle del lunes tocó su timbre durante una hora hasta que llegó el de la segunda cita. Entre los dos, se convencieron de que el olor que provenía del interior de la casa de Jayle no era normal. Una vez que los policías forzaron la puerta y la ambulancia llegó, el cadáver de Jayle salió en una camilla cubierto por una manta.
(*) picture from here

9.1.07

Guión masculino de Gran Hermano 07

Damián Fortunato es lo que se llama un luchador; jugaba en la cuarta de Newell´s hasta que un infortunado accidente en la ruta mató a su padre; de ahí en más, Damián abandonó el fútbol y se dedicó a mantener su casa, a su madre querida y a sus hermanas de quienes todavía hoy sigue jurando su virginidad; su único sueño es armar una familia. CANDIDATO. Sin embargo, no habla bien; dice lojojo en vez de los ojos, le dice masitas a las galletitas. La gente bien, con los celulares más caros, no vota a su favor.

Pablo Espósito es el galán: dos mujeres se enamorarán de él y luego de hacerles el juego a ambas, se quedará con una pero sin embargo, le pedirá perdón a la otra; en realidad, lo que quiere es garantizar un garche siempre; así que sí, también se va a agarrar a la dejada en primer término, convirtiéndola en una especie de luchadora del amor; la vida de Espósito es bastante aburrida, salvo por el garche en la cabeza que siempre tiene; trabaja, tiene una familia tipo, un perro y le gustan los deportes extremos, como por ejemplo, andar en bicicleta por la montaña. Otro destinado a retirarse en plena meseta del programa.

Sebastián Polastro quiere ser cantante; en realidad, lo sacaron de otro reality, medio como les quedó de más y bueno ahí está; por supuesto, Polastro canta mucho de lo que se conoce como melódico: Arjona, Luis Miguel, y una que otra bosta más. Él es el romántico; a la luz de la luna, intentará conquistar a una de las pequeñas con frases matadoras al estilo Johnny Tolengo: el amor se hace de a dos; sin sentimientos, no me pasa nada (ojo, está justificando por qué cada tanto no se le para).

A pesar de que sus padres tenían ilusiones de elevarse en la escala social poniéndole un nombre de alcurnia, Johnatan Dieguez es un rebelde. No terminó el secundario porque se dedicó a tocar la viola en un grupo que nunca convoca más de 20 personas, siempre amigos. Aparentará haber tenido problemas con las drogas (claro, en tele la marihuana es una droga pesada, así que ya saben, todos a la granja, drogones). Johnatan tiene una novia, también hippie como él, que le escribió poemas y le dibujó estrellas, lunas y un sol con cara, que él colgará de su cama; una que otra lo mirará con ojos bohemios pero entre que se va a la tercer semana – no es el novio para la nena - y que es burguesmente fiel, no pasa nada.

Gabriel Lagos es el tipo que vino a hacer justicia; recto, impoluto, concentrado; es decir, un facho. Gabriel se la pasa todo el día limpiando cosas, está siempre a punto de cagarse a trompadas con alguno porque le miran el culo a una; si le dijeron la puta que te parió, el se pone en guardia siciliana y le aclara que con su vieja no. La historia familiar de Lagos es de las más jodidas: secuestraron a su tío, un simple gerente de banco de provincia, y nos relatará una y otra vez cómo fue él el encargado de las negociaciones con esos “negros de mierda; negros de alma, obvio”, aclara. Lo que va a joder el éxito de Lagos es que mientras la derecha lo vote, la izquierda progre televidente lo odia porque le dijo “puto de mierda, puto de alma, obvio” (aclara) al homosexual que se deschave en la casa.

Diego Leonardi está de vuelta de la vida; tiene una hija hermosa, sanita por suerte, que está en segundo grado. Diego va a estar las dos semanas que le quedan, haciendo fierros porque el es tuerca; también es chamuyero pero no con las minas sino con los autos. Es más, su hija se llama Duna; en un acto enternecedor, todos lo abrazan aunque sea pobre y mecánico.

Juan Expósito cree en la vida en otro planeta; tiene una alocada teoría donde los extraterrestres tienen un plan universal para todos y cada uno de nosotros; la teoría no está muy completa en su cabeza, pero sin embargo el exceso de Lost y haber leído una mala traducción de los libros oscuros de López Rega, va a hacer que Expósito se convierta en una especie de John Locke, al tiempo que un oráculo para los demás; Ojo, Juani no es ningún boludo; será el que digite el destino dentro de la casa pero las dará escondidas atrás de aforismos de Osho. Será, lo que se llama, un estratega.

¿Cuál es el gay, PH, cuál, cuál? La novedad de este año es que no hay uno, sino dos. Hay uno declarado que es Leandro Maldonado que responde a la categoria gay de loca: desde el primer momento va a decir cual de los muchachos le gusta, imaginando su pene enhiesto, su embate amatorio, se hará amigo intímisimo de alguna de las chicas – quien, obviamente, en algún momento pensará en el famoso “darlo vuelta” -; Maldonado va de frente, no se esconde y dice siempre lo que piensa, con lo cual los conflictos rondan alrededor de él.

Sin embargo, el conflicto mayor de Leandro va a ser Agustín Belforte; Agus es otro candidato importante; lo crió su abuela que está muy vieja y enferma, que necesita operarse de una enfermedad terrible en Cuba. Agus es un tipo sensible, llora una bocha y atrae a alguna de las pequeñas con semejante estrategia que, sin embargo, no será estrategia. En algún momento, luego de una pelea con alguno, pongámosle con el facho, llorará llorará; llorará porque el facho es su amigo, su íntimo amigo dentro de la casa; el que le cuenta de sus proyectos como médico – porque estudia eso para que nadie sufra lo que sufrió su abuelita - ; los juntará a todos un día y les dirá; me dí cuenta, soy gay. Ahí vendrán una serie de problemas interesantes en la trama: el facho, al principio, se va a alejar pero, sin embargo, después se le va a acercar y va a reconocer que su homofobia es exagerada y que abandona sus prejuicios (la tele educa); una llorará porque ella está negada para el amor (sin duda, es la misma que se enamoró del gay declarado). ¿Relación sexual apasionada entre el declarado y el recién asumido? Nahh, es tele argentina.

El libreto femenino de Gran Hermano 07


Claudia Cardone es la nueva Silvina Luna, la nueva Pamela David: no hacen un carajo, muestran el orto todo el día, se bañan mientras se le escapa un pezón y se van arriba de la mitad del programa. Otra, Mariela Mirra, que, como se ve claramente es una reverenda conchuda que le va a robar el novio a todas, que también va a mostrar el culo pero de una forma violenta, como si estuviera bailando en un caño pero va a mostrar lo que, en estos ambientes, suele llamarse “inteligencia”: para repetirlo, una conchuda importante. Después, tenés a Silvina Scheffer, de Colón Entre Ríos; Silvia estudia abogacía, tiene un hermano de ocho que es hermoso, que lo extraña más que a nada, una abuela que la saludará detrás de unos anteojos de los 60; pero, ojo, no todo es joda este año: Colón, Entre Ríos. Acuerdense: mensaje ecologista con el gran culo a La Carrozo; (no lo dije? Estoy totalmente a favor de Uruguay en este conflicto); Nadia Epstein, es como Mary Ingalls: una mina sacrificada, que ayuda a sus abuelos que viven en Esquel y a su hermanito, que, lamentablemente, sufre de una enfermedad terrible; casi mortal (ahí, negro, poné la cámara desde el hospital, desde la camita del nene, con sabanitas azules y un globo que dice: Te amo, Nadia!); pero, ojo, sin embargo tiene carácter: la primera que te va a limpiar la cocina, la que te va a cagar a pedos, todo.

Melisa Durán es cheta; hipercheta, que no le quiere dar de comer al animal ese que tienen ahí, que si ve el semáforo en rojo, te dice: “cuidado, está en colorado”, que se la pasa encremandose y que no quiere limpiar nada pero sin embargo se queja; a pesar de este carácter francamente insoportable, Melisa es torpe y le gusta serlo; cuando se cae de bruces en la pileta, lejos de llorar, se caga de risa.. Vanina Gramuglia viene siendo la mina de barrio con carácter: juega a la pelota, pésimo pésimo como todas las mujeres. Se va a enamorar con vehemencia barrial, queriendo cogerse al muchacho en cada esquina de la casa, casi golpeandolo para que se de cuenta que ella está ahí, esperando, gozosa y ansiosa, su virilidad. Al mismo tiempo que es varonera, le gusta coger como loca y le caben los Callejeros, se pelea con todas las mujeres; así que el voto femenino no va ahí. Callejeros. Claro, como no iba a estar; a quién no saben que estuvo ese 30 de diciembre? Eh? Sí, Vani.

Jessica Gómez es una pelotuda; hecha y derecha; tiene una hija a la que extraña terriblemente y que quiere irse a toda costa de la casa pero al final la convencen de que se quede; es secretaria. Se va a la primer semana así que ni nos importa. Otra que se las pica rápido es Griselda Sánches; los primeros cuatro días los compañeros la llaman Yisela porque ella es calladita, toda mocita ella, sonríe a todos y no dice nada; va a estar enamorada de uno pero no se lo va a decir; alguna vez se lo confesara en el baño a una de las trolas y de la risa, de los nervios de monja reprimida que tiene, se va a mear un poquito. Risas generalizadas en estudios. Pero de ahí no pasa.

Pero ojo, que acá no termina esto, no empiecen a hacer apuestas: Les presento a Mariela Montero: madre soltera de un chiquilín salteño que va a la escuela; el grado entero, porque vive en un pueblito rural, le va a escribir suerte Mariela en el pizarrón!! Salta te espera; el Gobernador intentará la reelección anunciando futuras obras en la escuelita rural, donde un maestro tiernisimo – morochón, pero tiernisimo - les hace el mate cocido. Mariela, lo único que quiere es un padre para su hijo; porque el otro, bueno, es una historia complicada, el verdadero padre del chiquilin es un tipo borracho, que la golpeaba cada tanto; ella no lo va a contar pero cada vez que hable del amor o de su hijo va a estallar en llantos. Candidata de temer

7.1.07

El futuro: todos buscamos un padre


Hace tiempo que no iba a un recital tan bueno, tan parecido a dos discos querídisimos por mí y escuchadísimos en los últimos tiempos, como el que dieron ayer Angela Tullida y Pequeña Orquesta Reincidentes en El Planetario.

Hacia la libertad, hasta la necedad

Señores, ya está: acabo de encontrar al sucesor de Pauls; es
Gonzalo Garcés. Y punto. Ahora, hay que ser el sucesor de Garcés, ahora hay que matarlo a él, escupirlo, faltarle el respeto pero darle un abrazo si lo encontramos en el baño de un aeropuerto.

¿Exageración?. Las pelotas: leí El Futuro en seis días y tuve que contenerme para no leerlo en dos. Y no es que sólo se lee rápido, es, además, la exposición de la mirada que hay que tener sobre los “temas” de la literatura.

La historia es más o menos esta: el protagonista es Miguel, un empresario chileno con mucha plata que viaja a París para ver a su hijo y conocer a su nuera. Miguel es un sesentista sensual – de esos que aceptarían que uno está en política para garchar y poco más que para eso -, que se enamora del culo y del pelo negro de su nuera, que se ve inmerso en la actualización noventista de la atmósfera de los 60 que produce un masivo paro de transportes en Francia que lo retiene junto a su hijo y al culo de su nuera durante mucho más de lo planeado.

Entre sus dedos ajados
su libro negro de historias
hechas con polvo de gloria y con olor a derrota

¿Por qué se llama El Futuro? Esto, que parece una pregunta para alumnos de secundario pergeñada por un profesor que no tiene ganas de laburar ese día, da claves para entender parte de la fascinación de Garcés. En la novela, hay dos tipos de padre: los que representan La Ley, la constancia, la madurez, la seriedad; ahí están el padre de Miguel – que le comunica las decisiones sobre su vida a través de su madre, que le prohíbe vanamente ir a una manifestación de “rojos comunistas” previa al Golpe de Pinochet – Raymond Bulteau, jefe del Partido Comunista francés durante el Mayo del 68, un stalinista exageradamente ascético, que sólo ve en el Mayo Francés la contrarrevolución, el vicio de los jóvenes en la sensualidad del amor libre, las calles cortadas, el ambiente de fiesta que olvida que la política es sacrificio, rigidez y sobre todas las cosas, disciplina. El otro tipo de padres es el mismo Miguel: la contracara de Bulteau, inconstante – tres divorcios -, inmaduro, gestor de una extraña relación de competencia con Joaquín, su hijo, (que se enamore de Mona, su nuera, que Joaquín de pequeño y estando enfermo no quiera ir de vacaciones y Miguel vea eso como otra de las tantas formas de las que su hijo dispone para cagarle la vida), pero al mismo tiempo con pretensiones de grandes frases, de oráculo necesariamente confuso.

Ni uno ni otro tipo de padre ven el futuro, ninguno lo considera como posible: el Padre Ley porque, como dice Kant, la acción moral no se preocupa por sus consecuencias; Miguel, porque su hijo es un obstáculo no para el futuro - ¿cuántas veces piensa en el futuro en las 300 y pico de páginas? – sino para el presente; la huelga general francesa, como un momento previo a la revolución, le sirve a Garcés para detener el tiempo, para que todo parezca presente y nada futuro: ¿cuál es el futuro que se prevee en esa situación? Indeterminado: la policía podría reprimir, el gobierno podría caer, a quién le importa? Manifestación, revivamos el pasado en el presente. Disparemos a los relojes.

Y va su estampa lejos, más allá de la verdad
Y en el bastón todo el peso, de la tremenda angustia
con él la resistencia, con el la libertad.

Mientras que la voz sonante de la novela es la de Miguel, entender lo que piensa su hijo parece difícil: sin embargo, Garcés lo hace fácil – o hace que parezca fácil – poniendo las entrevistas que su hijo hace sobre Bulteau para un futuro documental: ¿qué hay en el Padre Ley que no haya en Miguel? ¿la rigidez, la coherencia teórica?

Garcés cuenta en
esta entrevista como fue que inventó al personaje de Miguel

En realidad, primero escribió un texto breve
donde un sujeto recién llegado a París llamaba a un amigo de juventud. "Quedan
en verse, pero antes de cortar él le pregunta al amigo: `Che, ¿vos creés que nos
vamos a reconocer?´ El amigo le dice: `Sí, yo no estoy muy cambiado. Bah, eso me
parece. A ver, dejame que me mire´. Se hace un silencio en la línea y él
entiende que el amigo está viendo en el espejo algo que, tal vez, no debió ver.
Es más, sospecha que no van a encontrarse. Y al cabo de un momento, sin decir
nada, cuelga. Todo esto era contado en primera persona. Nunca pude insertar esta
escena en la novela, pero el personaje de Miguel salió de ahí."

Sí, puede ser que sea la coherencia lo que Joaquín, el hijo, busque en la figura de Bulteau como símbolo del padre que hubiera querido tener; el padre maduro, seguro y, por sobre todo, constante, que puede justificar su pasaje de la política a la religión sin problema, sin desesperaciones existenciales, sin borracheras parisinas. Pero, como al tipo que se asusta de lo que ve en el espejo, Joaquín se horroriza sabiendo qué consecuencias lleva tener ese padre: Bulteau sacrifica a su hijo por la revolución teórica, científica.

La cerveza post-Angela Tullida trajo otra de mis inconsistencias:
- ¿Por qué las novelas argentinas parecen tener que hablar sobre los 60 o sobre los 70, incluso en un tipo como Garcés, que no pudo más que vivirla como un chico de cinco años, que no hizo más que escuchar a los demás hablar de eso?
- Callate, si vos escribiste un guión que se llama Los años 70.

Aceptada. PERO

"Miguel no representa a una generación, es un caso particular, hasta diría un caso raro. Su época lo marcó, seguramente, pero eso nos pasa a todos -afirma-. Lo que sucede es que el mito de esa generación es tan fuerte que impidió, por mucho tiempo, sacar de ahí una literatura de verdad, es decir, una literatura de personajes. A mí me gusta pensar que ese mito se va atenuando, que hoy ya es posible darle a un personaje el contexto histórico de esos años sin caer en el homenaje, la parodia o la denuncia. Yo quise contar la historia de un hombre confundido, como lo estamos la mayoría, más allá de la época."

El elegante campesino de negro
Con elegancia camina
con su sombrero en la mano

(AT, el elegante campesino de negro)


MP se preguntaba con El Futuro hace mucho tiempo porque solo lo conmovía la relación padre-hijo en la literatura: no lo sé, mi historia siempre me llevó a pensar cuál hubiera sido mi futuro si mi viejo hubiera sido otra cosa; por ejemplo, si en vez de estar muerto, estuviera vivo.

(*) la foto es de Pacha, que tiene las fotos más pulentas de Playmobil

6.1.07

Actas de reunión Afiebrados


La pelea”. Fue verdad, pero en el fondo fue tan verdad como las peleas de El Bar entre Eduardo y Daniel. Así empezó la Reunión Afiebrados. DDM, L y PH elogiaban y ZC y MP asentían como si fueran Pauls y Bolaño peleándose en el cielo.

La noche terminó en el operativo comando donde MP dejó una nota a la ya famosa vecina del segundo piso de la casa de DDM. “Te necesito”, decía la nota. El novio de la chica, o el perro o ella misma tocó el timbre de lo de DDM una vez que ya nos habíamos retirado todos y una vez que DDM ya no se podía levantar del lecho.

Si PH fuera quien estuviera escribiendo esta crónica tendría que contar como MP le robó la chica del segundo. Dado que lo es, digamos que sí, que hubo un afano importante, motivado principalmente por una verborragia pocas veces vistas, verborragia que no fue solo el escudo anti PH sino que también fue un escudo antichica del segundo, queriendo meter un bocadillo y MP vomitando más problemas del ascensor, más razas de perro, más coincidencias del destino.

El libro Afiebrados de cuentos ya está en marcha desde hace varios meses y las pizzas de roquefort y cebolla, de jamón y morrones se mezclaron con editoriales a las cuales podíamos aspirar, a las que no podemos aspirar, y a las cuales nos importaba un carajo aspirar.

El desembarco en la tele de Afiebrados parece más trabajoso, producto de que aún no definimos cuál de nuestras estrellas literarias va a ejercer más influencia, si Lynch, si Bolaño, si Dick, si Barón Biza.

No todo es el lejano y futuro marzo en el mundo Afiebrados; la nueva jornada teórica realmente es la esperada por nuestro público - que venimos siendo nosotros mismos; la temática exnovia parece casi adecuada: a PH le viene bárbaro porque es de lo único que habla, a DDM lo vuelve teórico, a MP lo pone cachondo, a ZC lo hace inventar historias que en realidad pasaron pero que dirá que no pasaron y que a L la hace recordar noviecitos de la infancia y a amigos que se pasaron de bando

El ambiente fue por momentos violento y en cualquier momento teníamos que empezar a exigirle a L que desfile con los carteles de los rounds. "¿Quién quiere más al Chino Garcés?" fue el título del capítulo en donde MP y PH defendian versiones contrapuestas que sin embargo terminaban siendo coincidentes para leer El Futuro. Como si hubieran suspendido el partido antes de empezar, MP confesaba que “a veces nos perdía, los estoy perdiendo”.

Ese sería un buen capítulo de nuestra miniserie si no lo tuviéramos que hacer para la televisión argentina; es decir, sería un buen capítulo si pudiéramos mostrar como un tipo que se droga entra en una realidad B y pierde contacto con la realidad A. Sería la salvación del proyecto, casi como que nos manden un video donde nosotros somos otra cosa, pero para eso habrá que esperar.


¡¡¡¡Larga vida al Gobierno Provisorio!!!!

2.1.07

desencriptar


Que el primer día del año sea feriado tiene la misma lógica que el primero te lo regalan, el segundo te lo venden.

1.1.07

ese muchacho que creía tener una buena historia




Hace quince años tengo en la cabeza una idea para un cuento fantástico que nunca escribí. Es de un tipo que no se muere, sino que empieza a retroceder en el tiempo hasta el momento de su nacimiento y meterse en el vientre de su madre; hace diez años, ese cuento se transmutó en otro que vaya a saber dios dónde está.

Hacía mucho calor hoy cuando volvía en el eléctrico de Ezeiza a Constitución; quizás estaban todos desmayados y los trapos que habían mojado para prepararse para el largo viaje - así es la gente del Sur - se habían secado, y quizás estaban todos muertos desde Temperley. Me daba lo mismo.

La cosa es que mientras me daba cuenta que mi remera verde estaba empapada, y qué mal momento hubiera sido para encontrarme con el amor de mi vida, leía Tiempo de Pasaje de J. G. Ballard, regalo del mítico Pailos, en donde pasa exactamente eso que mi cuento nunca escrito decía que tenía que pasar.

Así que nada, así empieza mi cuento:
"La luz del sol se derramaba entre las flores y las lápidas y el cementerio era un brillante jardín de esculturas. Como dos cuervos grandes y flacos, los sepultureros se apoyaban en las palas, entre ángeles de mármol, y las sombras e arqueaban sobre el costado blanco y liso de una tumba reciente.
La inscripción estaba todavía fresca
JAMES FALKMAN
1963-1901

"El fin no es más que el Principio"