western I: santos o cagones
Bren' O'Malley es un criminal buscado en Texas que tuvo un amorío en el pasado con una señorita que ahora es señora – Belle Breckenridge - y que reaparece en su vida en la forma de una dama casada y con una hija de unos dieciséis añitos. Mientras O’Malley traga esto, se le aparece un sheriff de Texas y de alguna manera que desconozco, terminan viajando los cuatro a llevar ganado a Texas, el lugar donde O’ Malley y el sheriff definirán de qué lado cae la justicia.
Los viajes producen cambios y O’ Malley ignora a su ex amorío y empieza, como todo buen degenerado, a gustarle la chiquita de 16 añitos que es rubia, modosita y enamoradiza, tanto pero tanto que finalmente le confiesa su amor a O’ Malley. Se besan después de bailar. Sabemos que pródigo es el amor en el oeste.
Llegan a Texas; O’ Malley se va a casar con la chiquita – Missy - si es que sobrevive al duelo con el sheriff; pero en el medio, su ex amor – es decir, la madre de la chiquita – le caga la fiesta psicológica. ¡¡¡Missy es su hija!!!. En la cara de O’Malley se notan las alternativas: o Edipo o vos sos una mentirosa.
El valiente elige una de las dos: o se arranca los ojos o ignora a la mentirosa. Pero O’Malley es un cagón; y no sólo un cagón, sino uno de los peores. Le promete a Missy la huída, le promete el amor eterno pero no la besa; luego se enfrenta con el sheriff pero va con la pistola descargada y el sheriff, que ahora es el hombre de Belle, lo descerraja de un balazo.
O’Malley es un santo porque, ante la duda, no toca a su hija; O’Malley es un cagón porque el odio de su supuesta hija ahora va dirigido contra su madre (Belle) y contra el sheriff justiciero. O’Malley es un santo porque es masacrado por la policía. O’Malley es un cagón porque, vamos, es un duelo, cómo no va a disparar; O’Malley es un santo porque no hace nada malo; O’Malley es un cagón porque bloquea las oportunidades de hacer algo malo.
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