type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: julio 2009

5.7.09


El sentimiento de injusticia, lo que nos distingue de los animales y nos hace luchar por la justicia, por un mundo más justo, más igualitario y más respetuoso de las diferencias, se manifiesta en la impotencia ante el robo, la trampa, la falsedad y la mediocridad de la realidad.

Por eso, hoy lo único que hubiera querido es ingresar en una gresca fenomenal y recagarme a trompadas contra todos; hoy no tendría ganas de resignarme, de analizar, de entender el otro lado, ni de pensar qué es lo más adecuado para la sociedad en su conjunto. Lo que realmente hubiera deseado es que me los pongan en fila de a uno, empezando por ya sabemos quien y darle hasta que sangre. No es sólo cuestión de puching ball, es cuestión de puching ball con sangre, de puching ball con sufrimiento.

Porque una cosa es la injusticia en abstracto y otra cosa es que quien se beneficia de la injusticia salga vivito y coleando, se transforme en una vieja frígida, viuda y con menopausia de hace treinta años que en el medio de la lucha se ponga a bailar con esas calzas negras desbordantes de psoriasis, con esos pelos desteñidos y unas uñas pintadas de color década del noventa, agitando una bandera que en el fondo está gritando Menem volvé. Porque eso es lo que genera resentimiento en el mundo. No que te caguen; no que no recibas lo que merecés; más bien que se ufanen de su injusticia, de su obtención de beneficios a tu costa. Por eso, metanse el campeonato en el medio del orto.

En el medio de la mediocridad, hoy nació la leyenda del Huracán del 2009, ese que no salió campeón pero que jugó mejor que la mayoría de los campeones.