Te odio. Sólo por momentos, cuando vos me querés, parece que yo también te quiero. Pero es falso. Te odio y blasfemo tu nombre. Escupo sobre tu tumba. Maldigo tu prole y progenie, si es que ellas fueran diferentes. Yo simulo que te quiero porque algún libro me convenció de que la venganza siempre es insider, que la venganza en la que uno mata a un tipo en el supermercado es banal, rápida y poco sofisticada.
Yo quiero enamorarte, decirte que te amo, viajar a Brasil y emborracharnos todos los días, coger toda una tarde de lluvia, repartir los espacios de la biblioteca, presentarte a mi familia, que me presentes a la tuya, que comamos helado mientras miramos una película de Scorsese o de Truffaut, hacerte el café a la mañana y no hablar durante dos horas, que me cuentes de tu día de trabajo, que cojamos, que salgamos y que juguemos en el equipo que seguramente va a perder contra el combinado de estrellas del resto del mundo, que nos ríamos y que, finalmente, vos te enamorés de mí. Ahí, probablemente te mate. O te haga la vida imposible sólo con callarme y poner esta cara que he perfeccionado durante tantos años. Pero es más probable que te mate y luego viaje a Sonora, donde muera en un viaje de peyote.
¿Te das cuenta que cuando no me das bola me estás cagando un plan fantástico?
Yo quiero enamorarte, decirte que te amo, viajar a Brasil y emborracharnos todos los días, coger toda una tarde de lluvia, repartir los espacios de la biblioteca, presentarte a mi familia, que me presentes a la tuya, que comamos helado mientras miramos una película de Scorsese o de Truffaut, hacerte el café a la mañana y no hablar durante dos horas, que me cuentes de tu día de trabajo, que cojamos, que salgamos y que juguemos en el equipo que seguramente va a perder contra el combinado de estrellas del resto del mundo, que nos ríamos y que, finalmente, vos te enamorés de mí. Ahí, probablemente te mate. O te haga la vida imposible sólo con callarme y poner esta cara que he perfeccionado durante tantos años. Pero es más probable que te mate y luego viaje a Sonora, donde muera en un viaje de peyote.
¿Te das cuenta que cuando no me das bola me estás cagando un plan fantástico?
5 comentarios:
Este playmobil me gusta.
Me gusta mucho.
Definitivamente el odio (te) garpa.
Me gusta el amor en todas sus formas. Especialmente las patológicas. Qué le voy a hacer, soy un romántico. Y como buen romántico, cómo me hiere ese primer dulce comentario anónimo...
Espero que Don Playmobil tenga una bala de plata para ti.
Besos suaves a la muchachada
Genial.
Hola qué tal? estuve viendo algunas cosas en tu blog. Trabajo con posicionamiendo web y tengo una propuesta de publicidad : 50 euros cada mes por incertar pequeños links de nuestros anunciantes. Son 50 euros mensuales para cada blog que se registre con nosotros.Es compatible con publicidad de google-
Saludos -comunicate-
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