El Pasado de Babenco
Hablando con una amiga, llegamos a una conclusión sobre El Pasado de Babenco; es una película hecha para quienes leyeron el libro y no una película hecha para los que no leyeron el libro. No sólo por el necesario recorte que debe hacerse cuando se pasa de 551 páginas a 114 minutos (¿la inconmensurabilidad?) si no principalmente porque uno tiene la sensación contrafáctica de que si no hubiera leído la novela, probablemente la película sería peor. (de hecho, en IMDB tanto el ranking de la película como los comentarios – la mayoría de estadounidenses que no deben haber leído a Pauls – hacen pensar que la película sin lectura del libro previo es más bien aburrida)
Rímini es un personaje vacío al que principalmente le pasan cosas frente a las que él no puede o no quiere o no sabe cómo hacer frente; en este sentido, la película muestra algo así como la persecución que sufre Rímini de una serie de mujeres. Rimini está siempre en peligro en la película y no hace nada. Esa es la diferencia entre, por ejemplo, Atracción Fatal y El pasado; en la primera, Michael Douglas quiere matar a Glenn Close, va a la policía, intenta que su esposa no se entere, etc. En El pasado, las mujeres se van sucediendo en la vida de Gael (que, por cierto, está muy bien) y Gael acepta los hechos como el destino estoico. De hecho, hay un momento, cuando nace el hijo de Gael y Vera, dónde Gael parece no ser Rimini: Rimini habla, corre, anticipa, discute, etc. Nunca más lo vuelve a hacer. Indagar por qué lo hace acá y no en otro momento nos puede arrastrar tan lejos que habría que decir que el momento del nacimiento es algo fuera del orden natural de las cosas para Babenco, algo que quizás es demasiado ridículo.
La novela no es eso. La novela es otra cosa, es acerca de otra cosa y esa otra cosa es el deterioro de una persona. Bueno, la película no puede ver eso. Porque si a alguien le pasan cosas, puede tener mala o buena suerte, pero no se deteriora; algo le queda detrás de tanta mala suerte.
Por eso, porque la película se pierde ese deterioro interno como nervio central de la película, Gael aparece desdibujado desde el principio. Y que pase esto implica que el final tenga que ser otro; es más, el final podría ser cualquier otro. Es más, el final no tiene sentido. Ningún sentido. Y esto es lo que Pailos no entiende.
Rímini se va, vivo y salvo, contento, de la casa de Sofía después de haber ordenado las fotos. ¿Ya está?¿Era eso? ¿Era nada más que ordenar y separar las fotos? ¿De dónde sale esa decisión de irse?¿Qué hace pensar que Sofía no va a volver a perseguirlo por cualquier otra excusa mínima, por ejemplo, que quemen las remeras con las cuales durmieron juntos, las sabanas, las cartas? Si el final era el reparto de las cartas, ¿no se preocupa demasiado Sofía?, ¿no son demasiado ridículos los dos, Rímini y Sofía, discutiendo sin discutir durante años por fotos?
Uno podría decirme que las fotos representan otra cosa; no tengo duda. Como tampoco tengo duda que Rimini es mucho más completo que lo que muestra la película. Pero las fotos representan el Pasado. Y Babenco se pierde el Pasado cargadp de historia, poniendo en las fotos el motivo material de una acción – la de separar las fotos - que, en sí misma, es bastante pelotuda. No es pelotuda cuando son El Pasado. Es pelotuda cuando te sirven para darle un cierre a una película que no puede cerrarse ahí. Porque si se cierra ahí, con esa excusa, todo lo que pasó antes se hace bastante ridículo. Porque parecería que, en el fondo, de lo que está hablando El Pasado es de cómo un tipo termina por asumir su pasado. Y más bien, pro algo que dije hace muuucho tiempo, El Pasado-novela es más bien el miedo del futuro con Sofía.
En definitiva, lo que separa la interpretación Pailos de la interpretación PH es lo que nos separa siempre: cómo cada uno de nosotros atraviesa etapa del duelo.
Rímini es un personaje vacío al que principalmente le pasan cosas frente a las que él no puede o no quiere o no sabe cómo hacer frente; en este sentido, la película muestra algo así como la persecución que sufre Rímini de una serie de mujeres. Rimini está siempre en peligro en la película y no hace nada. Esa es la diferencia entre, por ejemplo, Atracción Fatal y El pasado; en la primera, Michael Douglas quiere matar a Glenn Close, va a la policía, intenta que su esposa no se entere, etc. En El pasado, las mujeres se van sucediendo en la vida de Gael (que, por cierto, está muy bien) y Gael acepta los hechos como el destino estoico. De hecho, hay un momento, cuando nace el hijo de Gael y Vera, dónde Gael parece no ser Rimini: Rimini habla, corre, anticipa, discute, etc. Nunca más lo vuelve a hacer. Indagar por qué lo hace acá y no en otro momento nos puede arrastrar tan lejos que habría que decir que el momento del nacimiento es algo fuera del orden natural de las cosas para Babenco, algo que quizás es demasiado ridículo.
La novela no es eso. La novela es otra cosa, es acerca de otra cosa y esa otra cosa es el deterioro de una persona. Bueno, la película no puede ver eso. Porque si a alguien le pasan cosas, puede tener mala o buena suerte, pero no se deteriora; algo le queda detrás de tanta mala suerte.
Por eso, porque la película se pierde ese deterioro interno como nervio central de la película, Gael aparece desdibujado desde el principio. Y que pase esto implica que el final tenga que ser otro; es más, el final podría ser cualquier otro. Es más, el final no tiene sentido. Ningún sentido. Y esto es lo que Pailos no entiende.
Rímini se va, vivo y salvo, contento, de la casa de Sofía después de haber ordenado las fotos. ¿Ya está?¿Era eso? ¿Era nada más que ordenar y separar las fotos? ¿De dónde sale esa decisión de irse?¿Qué hace pensar que Sofía no va a volver a perseguirlo por cualquier otra excusa mínima, por ejemplo, que quemen las remeras con las cuales durmieron juntos, las sabanas, las cartas? Si el final era el reparto de las cartas, ¿no se preocupa demasiado Sofía?, ¿no son demasiado ridículos los dos, Rímini y Sofía, discutiendo sin discutir durante años por fotos?
Uno podría decirme que las fotos representan otra cosa; no tengo duda. Como tampoco tengo duda que Rimini es mucho más completo que lo que muestra la película. Pero las fotos representan el Pasado. Y Babenco se pierde el Pasado cargadp de historia, poniendo en las fotos el motivo material de una acción – la de separar las fotos - que, en sí misma, es bastante pelotuda. No es pelotuda cuando son El Pasado. Es pelotuda cuando te sirven para darle un cierre a una película que no puede cerrarse ahí. Porque si se cierra ahí, con esa excusa, todo lo que pasó antes se hace bastante ridículo. Porque parecería que, en el fondo, de lo que está hablando El Pasado es de cómo un tipo termina por asumir su pasado. Y más bien, pro algo que dije hace muuucho tiempo, El Pasado-novela es más bien el miedo del futuro con Sofía.
En definitiva, lo que separa la interpretación Pailos de la interpretación PH es lo que nos separa siempre: cómo cada uno de nosotros atraviesa etapa del duelo.
(*) foto de acá
7 comentarios:
Creo que acuerdo en que discordamos y, más que nada, con el muy adecuado cierre de tu post. El Pasado de Babenco cierra, es una historia redondita. Lo es al precio de convertirse casi en una alegoría de, en efecto, el duelo. De ahí el peso de las fotos: son un símbolo. Por eso, eventualmente, Sofía no le va a hinchar las pelotas a Rímini. Con el reparto de las fotos no se concreta un duelo, sino dos.
pero de nuevo, fede: el problema es que si es eso, si es sólo eso, Sofía es una caricatura en El Pasado de Babenco. Y esa caricatura es que el duelo sea feliz, que el duelo pueda tener un final feliz. En todo caso el duelo tiene un final que se parece a la felicidad en un único momento y es cuando se confunde con otra cosa: ese momento es cuando te volvés a enamorar de otra persona.
Los duelos suelen tener un final feliz. Cuando terminan, eso que nos dolía no nos duele más. Y suelen tener algo así como un punto de quiebre a partir del cuál lo que nos duele, duele cada vez menos. Un nuevo enamoramiento es un final posible de un duelo, pero ni por las tapas el más habitual. Los duelos amorosos suelen terminar cuando ya no estamos más enamorados, y para eso no se necesitan nuevas personas en nuestras vidas.
Por empezar, si se hubiera hecho una encuesta antes de conocerse los actores ¿quién hubiera dicho que al leer el libro se imaginaba como Rímini a Gael García Bernal? Por favor, nadie le cree nada. Eso sí, cuando leía el libro me imaginé a Mimi ardú como la minita medio ricachona a la que se garchaba Rímini (profesor de tenis, no personal trainer).
Gael es la única actuación buena de la película. Cuando leí el libro me imaginé un Rimimí que ya no recuerdo, pero nunca a un actor conocido porque en ese momento la película no se había hecho, ni siquiera se sabía que se iba a hacer.
Por otro lado, más allá de las disquiciones puntuales la película me deprimió. (justo hoy hice un comentario sobre eso)
saludos
Llego tarde, lo sé, pero alguien sabe cómo se llama la película francesa que van a ver al cine?
Saludos y muero por esa respuesta, si la saben escríbanme a skytissue@msn.com.
¿Crees que es una película en concreto de la que se trata en el libro? Yo creo que las imágenes escogidas para la película en la secuencia del cine son una casualidad sin mucha importancia, nada de cine de autor, me temo.
Aún así, el resultado ha sido bestial. Siento tanta adicción al cine como éste como Rímini por la coca.
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