type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: El Sindicato (i)

1.5.06

El Sindicato (i)



El primer suicidio sindical fue en febrero, en uno de esos días donde la transpiración de los pasajeros se mezclaba en el aire con el olor de los superpanchos y de los que vendían cinco alfajores por un peso. A las 5 de la tarde, en uno de los pasos peatonales llegando a Estación Dominico, un tipo se había suicidado caminando en línea recta en dirección a la locomotora. A las 5.42, cuando habían terminado de retirar los restos de la vía, el Sindicato de Ferroviarios envió una declaración pública donde se adjudicaba el suicidio como forma de protesta frente al intento del Ministerio de Trabajo de clausurar las actividades del sindicato.

El Ministerio dudó de la veracidad del documento y se entablaron conversaciones – que no trascendieron al público – entre los dirigentes sindicales de segunda línea y los secretarios de funcionarios públicos; allí, se confirmó la noticia, frente a lo cual los funcionarios, una vez informados por sus secretarios, se negaron a tratar con los sindicalistas bajo esa presión y respondieron que la responsabilidad del muerto era exclusivamente del sindicato. Los dirigentes respondieron que, efectivamente, ellos eran responsables.

Al día siguiente, a las 6 de la tarde, en la Estación Wilde, dos hombres se suicidaron con diferencia de metros y de segundos. El primero, apostado al costado de las vías, se lanzó contra el tren; cuando el maquinista comenzó a hacer frenar al tren, apareció del otro costado de las vías otro gremialista y se arrojó delante de la locomotora, no sin antes haber hecho explotar una bomba lanza panfletos. Los panfletos, que no pudieron recoger ni los policías ni las autoridades de la empresa de transporte porque los pasajeros que habían bajado del tren los tomaron primero y no los querían entregar bajo ningún argumento, eran blancos con letras negras que decían: UNO POR DIA, HASTA QUE NO HAYA TREN EN LA VÍA.

Después de cuatro muertos más en horas pico de días de semana, el Gobernador hizo saber al Ministerio que eso no podía continuar así, que los medios estaban dedicando amplias coberturas al tema y que algo había que hacer. Esta vez, los funcionarios del Ministerio en persona quisieron entablar comunicaciones con los dirigentes de primera línea del sindicato y entablar un gesto de apertura al diálogo y a las negociaciones; incluso, el Ministro hizo declaraciones en un programa de radio, elogiando a los dirigentes sindicales, refiriéndose a la importancia de mantener incólumes los principios políticos que uno defendía - incluso mencionó al Che Guevara – pero criticando los métodos de lucha elegidos; pidió encarecidamente el fin de estos suicidios heroicos y llamó a una Mesa de Negociaciones.

Los sindicalistas, por su parte, no hicieron declaraciones personales a la prensa y sólo dieron a conocer comunicaciones oficiales donde se adjudicaban los atentados suicidas e instaban al gobierno a ceder en todas y cada una de sus exigencias, las cuales no eran detalladas allí. Al mismo tiempo, no lograban llegar a un acuerdo con el Ministerio respecto de las condiciones para ingresar en la etapa de negociaciones.

Mientras se entablaban extensísimas conversaciones telefónicas entre asesores, ministros, funcionarios y secretarios generales, delegados y secretarias, se produjo sólo un suicidio, el de un miembro del sindicato, el de Arístides Benítez. Las marchas y contramarchas que sucedieron a este suicidio hizo temer que nunca se conformara una Mesa de Negociaciones. El Ministerio acusó al Sindicato de no querer lograr un acuerdo y de querer operar políticamente con las vidas de sus miembros; el Sindicato sostuvo que Benítez no había sido conminado al suicidio, sino que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que esa era la única causa por la cual se había suicidado, con lo cual la única responsabilidad del sindicato consistía en pagar su funeral y otorgar un subsidio a la familia.
(sigue luego)

8 comentarios:

paula p dijo...

pasmé



perdon la ignorancia ¿esto tiene algun paradero periodistico? real?

COMANDO NORMA ALEANDRO dijo...

"Uno por día hasta que no haya tren en la via"...

Que rima de mierda.

Al menos el de Wilde, seguro que se suicido por mal poeta.

Atte.

C N A

Capitán Intriga dijo...

Upa! Lo más lindo que leí en el día!

Playmobil Hipotético dijo...

paula: no, sólo el efecto de viajar a quilmes en tren
cna: es verdad; diría que es que son sindicalistas, pero después me van a empezar a tirar bananas.
capitán: merci merci

Anónimo dijo...

Excelente relato, y lamento la falta de la segunda parte. ¿No vi a Arístides en otro texto ya? Relato en la línea crónica periodística (no para diario, claro, sino la crónica periodística para libro disfrazada de crónica para revista). En la tradición Walsh, ¿no? Gran idea la de poner kamikases sindicales argentinos. No los veo adoptando esa metodología, y eso hace que (1) sea un recurso interesante, y (2) sea un gran recurso (contrasta con el tufillo de verosimilitud que campea exitosamente en todo el relato).

Nicolás Mavrakis dijo...

Así sí se va a acabar la burocracia sindical.

Anónimo dijo...

Hasta ahora viene muy bien. (Recordame después que tengo un par de pequeñas observaciones propias de reuniones de amigos editores.)

Silvio Astier dijo...

To be continue...

When?

Please

Bye

Nobody