La tele arruina la memoria
Parece que Volver va a empezar a pasar Kanal K los miércoles a la noche. No puedo creer cómo me había olvidado tan rotundamente de ese programa que véía con religiosidad; es como si un día me olvidara de la única vez que pretendí detener violentamente un partido de fútbol (Dep. Español - Argentinos Juniors 5-0). Era el 98, mi primer año en la carrera; uno salía corriendo de semi-escuchar de Platón y de la lógica de enunciados, se colgaba el famoso enterito y de la cabeza a una tribuna de unas 300 personas en el mejor de los casos.
Español estaba por descender, en Argentinos jugaban cuatro jugadores que habían sido de Español (Pontiroli, Potenzoni y algunos más) y le habían pedido la quiebra; al cuarto gol, la tribuna compuesta siempre por una proporción de españoles nativos y otra de españoles de segunda y tercera generación (en cuanto cayó la primera, la segunda se derrumbó; probablemente por qué ir a la cancha era recordar a los muertos, tanta era la tradición hasta en la ubicación de cada uno), comenzó con los viejos insultos, escupitajos hasta que alguien dijo: "Tenías que ser tano, Pontiroli hijo de puta".
Como el grito de Guerra de la Armada Invencible, dieciocho personas - entre las cuales me contaba - saltaron al alambrado con intenciones claramente destructivas. El partido no necesitó detenerse; mientras tres policías nos bajaban sin tener que mostrar ni el palo, Argentinos hizo el quinto gol.
(*) foto de acá