type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: agosto 2006

26.8.06

Mundial impopular y punk

Lo confieso. Iba a abandonar el blog, al menos por un rato. Pero ayer soñé con Lolaamar: me llamaba por teléfono, me decía que era Lolaamar, la del blog, y que me invitaba a un curso de fotografía, lo cual es bastante raro porque no la conozco.

El Mundial de Basquet es absolutamente impopular en el mundo blog, en la vida y en la sociedad. Debe ser porque un equipo que juega mal, pierde; no hay un equipo que juegue bien pero pierda; no hay algo así como una discusión de cuántas veces llegó al arco o cuántas veces la pelota pegó en el palo. Además, los partidos de Argentina parecen una pelotudez; con suerte, recién sólo tres minutos antes Argentina saca una ventaja de 15 puntos y todo se hace aburrídisimo.

Por otra parte, todavía no entiendo cuándo se cobra una falta y cuándo no. ¿Me convertí en una mujer que no entiende el off-side?

Mientras pasaban los minutos del partido, encontré el video de Catupecu Machu que hace famosa la canción de Massacre, Plan B. Massacre es lo único que queda de la escena hardcore que en algún momento pretendió que la Bond Street fuese sólo de ella. El video de Catupecu Machu está bien pero, claro, el mérito se lo lleva el tipo que está ahí, como una lechuga en el cajón. El video que sí está bueno es el de 2 Minutos, Aeropuerto; los fundadores del rock barrial (qué título merecedor de un suicidio) protagonizan una historia de sangre y terror, crudo, con mucha sangre y con un montón de punk (el mismo punk, la misma voz, las mismas melodías que cuando tocaron con The Ramones en Vélez.)

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El día que 2 Minutos tocó con Los Ramones, también tocó Gatos Sucios, Mal Momento y Motorhead. Los Gatos Sucios eran un espanto bajo todos los conceptos (de Mal Momento no me acuerdo; tocaron 15 minutos, nomás); tenían una única canción conocida que decía líricamente: “Yo acabaré sobre tus tetas”:
Pero una vez los Gatos Sucios se vengaron del sistema que antes los excluía – más bien que los ignoraba hasta que involuntariamente – y fueron al programa de Susana Giménez. Yo no ví ese programa, pero mi amigo Mariano – del cual me perdí cuando fuimos a ver The Ramones, Motorhead, 2 Minutos, Gatos Sucios y Mal Momento – ni siquiera habíamos desarrollado la convención de “abajo del arco” – me contó que el cantante dijo que se drogaba mucho ante lo cual la sempiterna progresista Susana le preguntó si estaba dejando y el cantante le dijo que mucho no.

Bueno, así que no dejo nada.

25.8.06

Rumores


Parece de que se dice de que Dragón del Mar volvió a escribir en este blog. También se dice que alguien que podría o no ser yo mismo también escribirá allí. Confirmenlon.

17.8.06

La "ficción"


Estabamos laburando con Dragon del Mar cuando me llamó mi vieja y me dijo que no me había traído las banquetas azules porque estaban todas llenas de pintura y que no las podía usar.

Así fue cómo se creó esta escena donde mato a la madre del protagonista.

Esc. 35 – Int. Ambulancia – Mediodía.

La ambulancia avanza por las calles con su sirena. Martín está sentado atrás de su madre que está entubada y con un respirador en su boca. Al costado de ella, un enfermero evita su mirada. La mano de su madre le toma la suya y lo acaricia.

ELSA
(con un delgado hilo de voz)
Martín, no te preocupes; no pasó nada.

MARTÍN
Mamá, ¿cómo que no pasó nada?¿Qué paso?¿Quién hizo esto?

ELSA
Los banquitos azules van justo para tu cocina; pedíselos a tu tío Mario.

MARTÍN
Mamá, por favor. No te agites.

ELSA
(nerviosa)
¿Dónde está papá? ¿Dónde está tu padre?

Martín ya no puede resistir más el llanto que venía conteniendo y la abraza mientras la mano de su madre va soltándolo lentamente
.

12.8.06

Los raros de Tamarisco Ed


Los cuatro sentados ahí, leyendo versiones extendidas, flanqueados por Mi Tortuga Montreaux y por unos sonidos entre chinos y otros de película muda – puede ser que no lo fueran de esto último, pero yo había llegado tarde por ver a Buster Keaton – no parecían raros, ni siquiera bajo esta descripción de la velada – con sus prolegómenos y sus apéndices – hecha por el sempiterno compañero de aventura Pailos (somos dos Sancho Panza y ningún Quijote).

Sin embargo, cuando uno lee Hojas de Tamarisco, el libro colectivo de cuentos con el que inauguraron la Editorial, uno tiene una sensación parecida a la de nuestros primeros encuentros con gente que nos dice que no se toma colectivos impares; la necesidad de preguntar por qué.

Llegar a otro miércoles de Vanoli cuenta un rito en la playa veraniega, sin extrañamientos más que para el lector que se ve envuelto rápida e involuntariamente en un clima de cotidianeidad burocrática de buscadores de huesos humanos. Uno es llevado a aceptar eso sin mayores problemas; pero en el medio, la tensa relación de una pareja descubre la pregunta: ¿por qué, cuando el gesto parece ser romántico y la relación entre ellos de hastío –, uno de ellos se come al otro?

Otras fotos de mamá de Bruzzone cuenta la historia de un hijo de desaparecidos buscando datos y fotos sobre su madre; en vez de sobrecargar las tintas ideológicas o políticas, Bruzzone decide crear imágenes altamente cinematográficas (la llegada de una mujer empapada por la lluvia, el protagonista escuchando a oscuras el ruido de la lluvia, el toldo bajo el que se cobijan los sorprendidos) en donde la actividad del hijo es recordar; no recordar lo que quiere recordar, sino recordar lo accesorio, lo instrumental que puede llevar a recordar lo que se quiere recordar – un poco como cuando uno desanda el camino hecho en la casa para recordar dónde están esas putas llaves. Siguiendo un rito propio, el protagonista se emborracha solo. ¿por qué acá lo hace con quien no puede, casi por definición, comunicarse?

Un acto de fe, de Sonia Budassi, tiene dos historias: una, la que ocupa la mayor parte del cuento, la de una universitaria en Estados Unidos enredada en la inestabilidad crónica, en pedidos de subsidio, en prejuicios, distintas obsesiones propias y otras vicisitudes propias del ser extranjero; la otra, que asoma cada tanto y que viene a justificar la rareza: una mujer joven, autodefinida como hermosa pero no hermosa de modelo, se enamora de un travesti. Abigarrados psicoanalíticamente – o psicopáticamente? - por la curiosidad de desarmar la ambigüedad inherente a la situación, el pasado de la protagonista se torna potencialmente apropiado – aunque siempre incompleto – para preguntarle: ¿por qué una chica se enamora de un travesti?

Tréboles de Violeta Gorodischer es, quizás, un texto más medido – o con una historia más clásica – que los anteriores y, probablemente por eso, la respuesta a la pregunta sea más fácil. Un matrimonio tiene un hijo, Luisito, quien siempre juega solo en el terreno baldío de su casa. Hay varias respuestas teóricas a ¿por qué un chico siempre juega solo?; a diferencia de los otros textos, Tréboles no tiene su mejor parte en buscar la respuesta, sino en la respuesta misma. El padre de Luisito golpea a su madre y mantienen una relación que va desde el desprecio hasta el odio. Sugiriendo mucho más de lo que se muestra, VG construye un clima violento, depresivo y de encierro que contesta a buena parte de lo que uno se puede preguntar.

Manos ajenas intentan sujetarla, pero ella, ahora, sólo piensa en gritar y
gritar hasta perder las fuerzas y marearse y caer al suelo del patio para ver,
desde una posición horizontal, las hojas del limonero que se mueven tranquilas,
en el silencio de la mañana.

Preguntas, preguntas, preguntas. Se cayó yerba y agua caliente sobre Hojas de Tamarisco, lo colgué del balcón de un séptimo piso, lo sequé al sol, lo agarró un relámpago, se puso en contacto con Marte nunca antes tan cerca, soportó la deliberación de los pasajeros del 65 acerca de si el colectivo tenía que pasar o no la barrera baja del tren. Lo resistió. Otra buena razón para conseguirlo.

10.8.06

Barba, me da una moneda?


- Argghh…Uhghggg
- Bresbrkak bresvbr…
- Agggghhh… No, no dejá, esto no va.
- Brskhskbrs… qué?
- Que no sé…me desconcentré. Aguantá un rato.
- Ah… qué bueno.
- Y viste, son entidades autónomas entre sí
- Quienes?
- El pito y el cerebro.
- Mirá. Me pasás los Marlboro?
- No querés Camel?
- No, los Marlboro.
- …..
- …..
- No te vestiste de verde.
- Y vos te cortaste el pelo.
- Sí pero no me afeité.
- Sí, ya sé; me pinchás cuando me besas.
- Jódete.
- No, me gusta.
- Y agarrarte del pelo y tirarlo?
- No sé.
- Así, ves?
- Ah, sí. Así.
- Y esto?
- A ver…
- Bresbrkak bresvbr…
- Me pinchás…
- Bresbrkakjódete bresvbr…
- Pínchame.

6.8.06

Yo voy a estar ahí (xxiv)


Editorial Tamarisco
invita a la presentación de sus primeros libros de narrativa.


Hojas de Tamarisco
(Hernán Vanoli, Félix Bruzzone, Sonia Budassi, Violeta Gorodischer)

Toronto no
(Leonel Livchits)


Martes 8 de agosto a las 20. 30 hs. Bar Bartolomeo, Bartolomé Mitre 1525.

2.8.06

La vida descalzo: Pauls teorizándose

A diferencia de El pasado, es complicadísimo que La vida descalzo se convierta en un libro que suscite algo más que el mero hecho de leer el nuevo libro de Pauls; de hecho, cuando lo compré, el libro no aparecía por ningún lado hasta que una vendedora - con una inherente estrategia de mercadeo - le dijo a otra que cómo no iba a estar exhibido el último libro de Pauls, si se va a hacer una película y la gente saldrá a comprar masivamente la obra Pauls.

La vida descalzo es una especie de ensayo o de reflexión cargada de comas donde Pauls va construyendo una explicación de ciertos fenómenos culturales relacionados con el espacio determinado de la playa.
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Como en una prolongación – con un poco más de vuelo y un poco menos de Seinfeld - de una stand-up , donde el lector dice jocosamente: “ah, sí, a mí me pasó eso, qué loco”, Pauls analiza ciertas cuestiones relacionadas con la playa que van desde la explicación de la semidesnudez imperante hasta la imposibilidad de leer un libro en la playa (algo que es falso, a pesar de que los libros en la playa sufren como lo demuestran sus cubiertas mojadas, dobladas, llenas de arena y que pierden su papel brillante), desde la necesidad de mostrar el bronceado como una demostración de algo hasta el símbolo que impuso el cine de la playa, desde Villa Gesell y su falsa “alpinidad” hasta la pobreza exigida de Cabo Polonio.

Uno puede reconocerse o no ahí, y de eso depende un poco qué nos parezca el libro. Aún cuando prefiero ver Balnearios – finitamente superior a El amor(primera parte) e infinitamente a Los bañeros 3- varias veces más de las que lo hice, encontrarse en dos descripciones y teorizaciones de La vida descalzo representan buena parte de las razones por las cuáles había que leerlo. Una, la de el niño enfermo al cual los padres canjean por una tarde de playa y descubre la literatura. La otra, la constancia del escenario de playa invernal en mentes afiebradas como las nuestras.

“No: por más compenetrados que estuviéramos con el ideal Hammet-Hellmann, no
íbamos a la playa en invierno para pasarla bien. El romanticismo del fuera de
temporada nunca es hedonista; es eminentemente sacrificial, es decir, a la vez,
cristiano y proletario (…) A diferencia de la playa de verano, disoluta y
complaciente, el romanticismo de la playa invernal, con su arsenal de apremios,
exigencias y contratiempos, encierra la única droga de la que la izquierda sigue
reivindicando con énfasis la adicción: épica. Jóvenes, íbamos a Pinamar o a
Gesell en pleno julio no para gozar sino para probarnos que podíamos sobrevivir,
que el amor, la pasión y el deseo eran más fuertes que el paisaje descarnado y
enemigo en el que se había convertido nuestro paraíso de enero. Íbamos para
atravesar la única experiencia sin la cual no hay épica que no desfallezca: la
experiencia de la soledad; es decir, la experiencia de una intimidad sin
atenuantes, distracciones, ni coartadas: una intimidad hardcore.”

1.8.06

El frío de los gusanos


Hace un montón de frío en mi nueva casa; pero un montón, tanto que siento que tengo una estufa eléctrica que da tanto calor como un encendedor y que tener una heladera es al pedo.
Incrustado bajo un acolchado naranja, ayer a la noche me acordé de todo el odio que me producen los gusanos de Miami. Espero que el ejército israelí tenga alguna excusa para atacar Miami.