type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: julio 2006

24.7.06

Tarnation: la incomodidad del nudista


Me imagino que ir a una playa nudista, al peor estilo Playa Franka de Moria, requiere una fuerte confianza en sí mismo, no sólo con respecto al cuerpo y a esas cuestiones sino con respecto al carácter propio del portador del cuerpo. Desde tiempos inmemoriales, la gente ha entendido el verbo desnudar sin siquiera mostrar un lunar; supone que uno se desprende de todas las enmascaraciones propias de la convivencia social y muestra no su verdadero yo – cosa que, a la Popper, diré que no existe – sino lo que estaba oculto.
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Tan incómodo como que una desconocida llore sus penas profundas sobre uno y pida un abrazo de amigo(*), así es Tarnation, documental de John Cahouette que muestra su propia vida a través de sus videos hogareños que filma desde que tiene un hogar estable. La vida de Cahouette no es, por cierto, nada envidiable; su madre es sometida desde antes de su nacimiento a una terapia poco alternativa como es el electroshock y los videos, más que mostrar la vida de Cahouette – que, en definitiva, es la historia de un joven homosexual que hace videos de prescindible calidad – muestra el deterioro que sufre a lo largo del tiempo su madre.

La cámara la muestra de la manera más descarnada posible; desde sus mitos de violencia familiar hasta una bizarrisima escena de tres minutos donde hace mil quinientas veces el mismo chiste con una calabaza; todo esto en un escenario casero con suelos de habitaciones repletos de ropa tirada, con el abuelo de Cahouete ya sin dientes y probablemente cagado en los pantalones llamando a la policía para que obligue al nieto a dejar de filmar.

Si esto fuera una crítica de un diario de tirada masiva uno tendría que escribir: “Tarnation hace reflexionar al espectador y a la sociedad entera acerca de cómo se trata al enfermo en este mundo globalizado.” Tarnation, a pesar de lo que diga esa crítica mainstream, no es eso, sino que logra – y esto no sé si es bueno o malo – que siempre estemos pensando en Cahouette y en cómo sobrevivió tantos años sin dispararse en la cabeza; el documental tiene una narración tan excesivamente personal y privada que no puede superar la imagen de una persona que se desnuda y nos muestra sus peores partes y nos pregunta qué te parece. La verdad es que no sé, John, primero vestite.

(*) Año 2000. El trabajo era agotador y era el primer día que me dejaban en la oficina cumpliendo tareas de data entry. Encerrado en el box que me correspondía, sentía como propias las imágenes de aquellos oficinistas que se vuelven asesinos seriales. En un momento, un llanto que cada vez crecía más y más y se hacía más escandaloso, aleja mis dedos del teclado; me acerco a la fuente del llanto: era la secretaria del Jefe o del Presidente o del Dios – se hacía llamar de todas esas maneras, dependiendo de si te quería cagar poco, promedio o un montón – que, al verme, lejos de sorprenderse, contesta a mi cara de interrogación arrojándome un Evatest. Ante mi cara de desconcierto, se levanta de su silla y me abraza; acto seguido, con el llanto aún en sus ojos, me dice: “Abrazáme. Abrazáme.“La abrazo. “Pero fuerte, abrazáme fuerte.” No sé, me quedé muy confundido ese día.

22.7.06

Pregunta

Si estos de acá abajo fueran mis ojos; ¿usted diría que soy birola?

Gracias, M.

20.7.06

Ningún lugar sagrado o la búsqueda de recursos

En el blog vecino y amigo del Mate Tuerto, hace algunos meses justificaron diversas justas deportivas que tenían como premio máximo de Rodrigo Rey Rosa, alias triple R. Aún sin haber participado y aún sin haber querido participar si hubiera estado en ese momento, el nombre de Rey Rosa comenzó a instalarse en mi cerebro, casi como un tumor que va a empujando los otros elementos para ganar su propio lugar. Así, mientras iba a La Giralda para que me echaran nuevamente – lo cuál, debo confesarlo, no ocurrió – e ir a ver a Woyzeck, me descubrí pensando en Rey Rosa y en cuanto bajé la vista ví Ningún Lugar Sagrado de RRR en una generosa oferta de 4 pesos. Miré al costado y atrás para ver si Zedi Cioso, Pailos, o Zatoichi o Cobiñas corrían desesperadamente a quitarme de mis garras el ejemplar en cuestión pero o son muy lentos o estoy un poco paranoico.

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Ningún lugar sagrado es una serie de cuentos centrados principalmente en Nueva York, lugar donde vivió algunos años RRR. En algún punto, lo que más llama la atención del libro es la riqueza de RRR en una búsqueda experimental de los recursos para contar que sin embargo, se ciñe no a los requisitos externos de pertenencia a una vanguardia sino a ciertos aspectos del género policial.

Ningún lugar sagrado se cuenta como una serie de conversaciones telefónicas y de sesiones de terapia donde sólo escuchamos la voz del “paciente” y nunca la voz de la psicológa; Video es una especie de selección de las 139 cintas de video que RRR vió en Nueva York, todas ficticias; Hasta cierto punto, reproduciendo la técnica de anulación de la voz de Ningún Lugar Sagrado, consta de una serie de cartas que decrecen en intensidad: desde la amistad más sincera con que comienzan las cartas hasta la negativa a recibirla en su casa; Negocio del Milenio es también una serie de mails no contestados donde un recluso propone misteriosamente un negocio al gerente de las Cárceles Lucrativas que le permitiría resolver el problema económico de las prisiones.

La escritura de RRR es, a pesar de ser cuentos, terriblemente sintética y, sin embargo, eso no es un obstáculo para que la historia que se cuente sea menor: esa anulación de voces que se ve en varios de los cuentos de Ningún Lugar Sagrado podría tener que ver con esto: con mantener la premisa de no multiplicar generosamente un universo que ya está cerrado por sí mismo y desde el comienzo, es decir, desde la idea primigenia del cuento. De hecho, uno de los cuentos donde es más difícil reconocer a RRR es Elementos, donde, al mejor estilo lynchiano, se desdobla un personaje que es acompañado por numerosos personajes secundarios y donde los móviles del misterio se hacen un poco oscuros.
- Papi – me dijo -, antes de morirme, quiero saber lo que es el sexo.
Levanté las cejas y tragué saliva y se me cortó la respiración. Habría oído
algo en la escuela, pensé, era lo natural. Me pregunté fugazmente si no había
fantasmas pornográficos flotando todavía en la Calle 42. Recordé al ratón
Mickey, a Pluto, a Clarabela.
Dije que se lo explicaría. Miré el reloj que
estaba sobre el televisor.
- ¿Cuándo? – preguntó.
- Ya son las siete,
cómo corre el tiempo – le dije – Desde luego, hoy no.
Hizo una mueca
- Sí – dijo – ya lo sé, comienzo a sentir los temblores.
La acompañé a su
cuarto, le puse el pijama y la acosté. Le di a tomar sus medicinas.
- La luz. – dijo.
Apagué la luz, y nos quedamos juntos en la penumbra esperando
los ataques.

18.7.06

Retaguardia crítica (i): Saer y la definición del pasado

No sé, nunca leí a Saer.O sí, lo leí pero no me acuerdo qué pasó.
Eso es un problema o no. Mavrakis y Valdés, en cambio, leyeron Glosa, no tienen problemas de memoria y dicen
esto.

El Gordo Gostanián construye ahí una definición del pasado en la novela que viene a sustentar toda la lectura:

Por eso definiremos pasado a toda construcción y procedimiento formal cuyo fin
sea alcanzar diversos grados de representación de un pasado cronológico
respecto
a la linealidad temporal en que transcurre cada novela. Por
testimonio
entenderemos aquellos procedimientos formales (y
representaciones) que este
pasado adquiere en tanto se atribuye como acto de
lenguaje a personajes
específicos y aún a la figura misma del narrador de
las novelas en cuestión.

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Toda definición es un problema porque, aún acotándola para que funcione en un determinado lugar, siempre tiene un punto de arbitrario. Y acá también pasa eso.

Uno podría decir, sustentandose en una teoría determinada del tiempo, que pueden existir hechos pasados sin que hayan sido percibidos o contados; es decir, que la realidad es independiente de la mente. En la literatura eso no pasa porque, en definitiva, no existe nada más que lo que la lógica interna de la novela quiere contar; por lo tanto, no hay una realidad independiente del relato que lo haga verdadero o falso, sino que es todo lo contrario.

Ahora, si esto es así, si todo pasado adquiere su lugar como tal en la misma historia, entonces, ¿qué es un testimonio sino el pasado definido literariamente? Lo cual viene queriendo decir: ¿para qué hay una definición de pasado si es coextensiva con la de testimonio?¿para qué define dos veces lo mismo? eh, señor Gostanián? por qué?

Bueno, hay una respuesta - provisoria, como todo, incluso nuestra vida - a eso. Y la dan ahí mismo, en el link de más arriba.

14.7.06

El grito de Florencia Abatte: la mujer del principiante

En la solapa de El grito, la biografía de Abatte aparece como la de ese tipo de personas que están un poco en todos lados y que no se sabe bien por qué; parece que Abatte escribió “Deleuze para principiantes”. Si no me equivoco, esos son los libros de Era Naciente que vienen con dibujitos y caricaturas; por ejemplo, en el de Platón, éste aparecería sentado en el medio de sus discípulos escuchando a Polo decir: “Si un hombre, obrando injustamente al tratar de hacerse con la tiranía, es apresado y, una vez detenido, es torturado, se le mutila, se le queman los ojos y, después de haber sufrido él mismo otros muchos ultrajes y de haber visto sufrirlos a sus hijos y a su mujer, es finalmente crucificado o untado de pez y quemado, ¿este hombre será así más feliz que si se libra de estos suplicios, se establece como tirano y gobierna durante toda su vida haciendo lo que quiere, envidiado y considerado feliz por los ciudadanos y los extranjeros?.”


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Las simplificaciones para principiantes tienen una función, justamente, introductoria y suponen que el lector o bien no va a profundizar en el tema o bien que lo hará por otro medio o bien que va a hablar con quienes no saben del tema y se dará algún dique, retrocediendo ante cualquiera que tenga alguna idea de lo que está diciendo; pero siempre suponen una mirada rápida y poco esforzada de las cosas.

Bueno, un poco así es el libro de Abatte.
Al principio, uno cree que el libro está lleno de estereotipos y que se ironiza sobre ellos; luego, uno se da cuenta que sólo hay estereotipos. Hay cuatro historias que se entrecruzan, menos por exigencia de la trama que por mera coincidencia, y todas suceden en los finales del 2001, con lo cual Abatte quiere mezclar un poco la cuestión política con la cuestión histórica y con algunas obsesiones genuinas, generando un collage un poco apurado.

Ese collage empieza con Federico, un pibe con padres ricos, con vocación propia pobre y que sale a la calle justo justo el 20 de diciembre y se da cuenta de que hay un lío en la calle – ah, también de que hay gente pobre – que no termina de comprender debido a todas las preocupaciones que tienen los hijos de padres ricos. Por el contrario, Horacio – el de la segunda historia – es un exmilitante montonero, hombre golpeado, diabético y que si bien no descubre la existencia de gente pobre ese día pareciera hacerlo, quizás de la manera más desagradable del mundo; por ejemplo, haciéndole decir a una mujer cuya hija se clavó una jeringa mientras revolvía basura en el edificio de Horacio: “Dios quiera que no se haya pescado un Sida mi nenita” o “No diga. Yo también soy diabética”. Hacer hablar mal a la gente a propósito para demostrar que es de clase baja es un poco hijo de puta, creo; es como demostrar que uno sabe cómo se escribe bien que, que no se dice “un Sida”, y que lo sabe porque uno no es pobre. No sé, me hace acordar a quienes van a la verdulería y dicen “qué ignorantes, escribieron Hubas.”

Pero ahí no termina. En uno de los regulares excesos de sentimentalismo que Abatte le imprime a los personajes, el exmontonero les termina dando todas sus revistas de La estrella federal para que las vendan como basura, demostrando la inutilidad del pasado que siente Horacio, la inutilidad de su pasado inserto en el presente y confirmando que su pasado ahora ya no sirve y que, además, ahora Horacio se siente descreído de todo su pasado, de todos sus ideales, de todo lo que antes pensaba que era correcto.
Un poco se parece a esas imágenes que van asociadas casi necesariamente cuando un jugador juega su último partido; la primera imagen es la del jugador saludando a la gente; la segunda, es la del jugador llorando amargamente en el vestuario; la tercera, es la de los botines colgados en el vestuario; la cuarta, es la del arco vacío y la del estadio vacío; la quinta, es la de él caminando de la mano con sus hijos; la sexta, la de él apagando la radio que transmite el partido el domingo; la séptima, la de él, diciéndole a la mujer: y ahora qué se hace?, etc., etc. Imágenes a las cuales uno no sólo tiene educada la retina, sino que se han convertido en cosas obvias.

La tercera y cuarta historia son un poco diferentes; en la primera, Peter es un homosexual sometido por su pareja de forma bastante miserable, y que termina encontrando la solución en una especie de retiro espiritual, que también podría ser una secta que cree en el fin del mundo, en la Autoayuda o en la existencia fáctica de los OVNIS. La cuarta es la mejor historia de todas, a pesar de ella misma: Clara tiene leucemia, se murió la madre por su culpa, se lleva mal con su hermana, y su padre la mantiene en una relación de cariñosa distancia; en una de esas conoce a Agustín, que es el hermano de Federico y que, a su vez, es hijo de la pareja de Peter, y descubre algo parecido al amor o a la tranquilidad. El relato de los sueños, de las sensaciones de enfermedad están más o menos bien logradas y le dan algún valor al libro.

Sin embargo, en el medio de eso, hay cosas al mejor estilo Patch Adams o Despertares, o de cualquiera de las películas horribles que protagoniza Robin Williams; por ejemplo, la relación entre Clara y Agustín está plagada de cosas como “tenés que aprender a mirar mejor” o cuando le muestra una de sus esculturas en madera que representa un racimo de cabezas y le pregunta qué ve, Agustín dice “las raíces del dolor.”

“Recuerdo que al salir compartí el ascensor con aquel vecino de rulos. Debió
verme tan mal que fue gentil: fingió no conocerme. Se paró ante los botones y,
con el dedo en el aire, preguntó: “¿dónde es que vive?”. Debí contestarle “En el
trece”. Pero musité sin querer “en el infierno” y me señalé el corazón.”

12.7.06

el lunes con Daniel Hendler


Sí, ya lo había dicho. Daniel Hendler me cae muy bien.

Retomando la vieja costumbre de ir al Blockbuster y encerrarme en el cuarto que alguna vez me perteneció, alquilé Derecho de Familia, a la cual le debía algo desde que se estrenó.
Derecho de Familia es bastante más floja que El abrazo partido y que Esperando al mesías. Capáz porque Burman, como él mismo lo confiesa, ya cerró el ciclo de padre judío que se busca.

Derecho de familia es una historia donde algunas cosas sobran; por ejemplo, Julieta Díaz y la historia que tiene Hendler con ella; siempre parece un pozo forzado y uno tiene que hacer memoria si ya están casados, si están de novios o si ya se separaron; la historia de Hendler como profesor parece más un chiste que no quisieron sacar que algo que haga bien a la trama.

Más allá, la hisotria principal de Hendler y su padre está muy bien;, por lo menos, para aquellos que entendieron la premisa básica de la psicología: que nada está dado y que todo hay que construirlo, aunque para ello haya que contar una historia que podría ser falsa.

11.7.06

moving

Lo que hice o lo que haré
A ver que hay para comer
En las bolsas, ropa
Libros con los libros
Remedios vencidos
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Y miraba la calle y más
Con mis ojos de metal
Yo no quiero hablar más
Soy mi casa y digo adiós

Todo el tiempo, todo el viento
Nunca en el mismo lugar
Tantas voces, tantos días, tantas flores
Hay palabras que no me quiero llevar
Y cambié vecinos
Barrio, techo y cielo
Y a dormir vestido
Ya sé que así el ruido se va
Si no tengo que decir
Así no tengo que pensar
Sigo andando
Te veo a vos
Con tus ojos de viajar
No te rías si estoy mirándote
Los mapas son excusas y tus manos son mías
Irse cerca, irse lejos
Mudarse al mismo lugar
Mudo ropa, mudo piel, palabra muda
No me muevo sino tengo a quien volver

No te vayas si estoy durmiéndome
Que quiero despertarme y ver tus ojos prendidos

7.7.06

La semana de Ignacio Molina: intercambio blogkultural

El Gordo Gostanián entrevista a Ignacio Molina, a propósito de su nuevo libro de cuentos Los estantes vacíos.


Más allá de la línea irreductible del deber, el Gordo Gostanián, el esmerado crítico literario de Mavrakis y Valdés, concertó una entrevista en La Biela con el escritor Ignacio Molina. Allí tuvo oportunidad de indagar cuestiones que iban más allá del restricto margen de su último libro de cuentos, Los estantes vacíos. Pieza literaria singular que, el Gordo Gostanián, tras haberla leído con esmero, no dudó en calificar – sobre todo ante Molina mismo – como “innovadora y original”.
He aquí, en exclusiva para Mundo Playmobil, algunos extractos de la entrevista entre Gostanián y Molina, aquella ocurrida en La Biela.
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Gostanián – Hay un lastre de tradiciones, el peso a veces insoportable de la palabra-ya-escrita. Usted, Molina, en su libro de cuentos, se despoja de todos ellos con elegancia. Con solidez. De todos modos, ¿qué cuentistas (o escritores) lo influyeron y por qué?
Molina - Raymond Carver. Enrique Wernicke. John Cheever. Más allá de estos autores, casi todo lo que leo es narrativa argentina. Sin embargo, no tengo fanatismo por ningún autor contemporáneo en particular. Si tuviera que mencionar a uno, diría Martín Rejtman: me seduce su estilo.

G. -Por ejemplo Borges - vayamos a los grandes nombres: hay que apuntarle siempre al obispo - trabajaba sus cuentos sobre el rigor del estilo y las tramas. No tanto los personajes. En Los estantes vacíos usted construye cuentos elaborados sobre el rigor del estilo y sobre los personajes - que son, como escribí al respecto, "efectos de estilo" - pero nunca sobre la trama. Casi le diría que no hay "trama" en sus cuentos. ¿Qué reflexiones le merece esta observación?
M. -No estoy tan de acuerdo con la ausencia de "trama" en mis cuentos. O al menos yo no sería tan tajante. Por ejemplo, en "Kilómetro Cero" (uno de los relatos más lineales del libro) existe una trama, construida por dos historias: el narrador viaja de Pehuajó a Buenos Aires a buscar trabajo, se hospeda en un hotel, y al tiempo vuelve a su ciudad sin haber conseguido nada. Paralela, o por debajo de esa historia, comienza la historia de "amor" (entre mil comillas) fallida (o no, no sé) con Manuela, que emerge y toma más protagonismo al final. Entonces, puedo afirmar que sí, que hay trama en mis cuentos (aunque está claro que no de una manera tradicional y que en muchos, sobre todo en los no lineales, es más difícil explicitarla). Lo que sí es seguro es que –como bien dice la contratapa – el énfasis de los cuentos no está puesto sobre la trama, sino sobre el lenguaje, el estilo, y, a veces, la forma. Hace poco me dijeron, como al pasar, algo me dio mucho gusto: "tu libro me planteó la necesidad de una forma de leer a la que no estoy acostumbrado". No sé si el que me lo dijo estaba exagerando, pero tal vez ese sea uno de mis objetivos.No busco que el cuento diga nada en particular. Muchas veces un cuento surge de una frase o de una sensación, y a partir de ahí empieza a crecer, hacia delante o hacia atrás, y en la medida en que es escrito va buscando su propio camino y su propia manera de decir las cosas. Me doy cuenta de que tengo un futuro cuento entre manos cuando siento que los personajes empiezan a actuar por sí solos y a buscar su propio destino dentro de la historia. Tengo que dejar que todo fluya: el placer de la escritura (o más bien la escritura misma –lo demás es tomar notas –) se da cuando yo, aportando sólo un tono o una mirada, me pongo al servicio de los personajes y dejo que me vayan guiando. (Sé que esto último puede sonar amanerado, pero en un punto es verdad: no podría afirmar que las 50.000 palabras de Los Estantes vacíos fueron escritas por "mí" en forma consciente: yo armé los cimientos de los relatos, y a partir de ahí mi inconsciente fue siendo empujado por la propia escritura).
G. -¿Y cómo le parece que opera el peso de los cuentistas consagrados sobre la nueva generación de cuentistas? Esa que lo corresponde, Molina.
M. - Sonaría muy mal que afirmara que el 90% de los otros cuentistas jóvenes son incapaces de hacer la literatura que yo hago. Más bien diría que, más que la incapacidad, el problema es que ni siquiera se plantean la posibilidad de hacer otra cosa, de buscar maneras novedosas y realmente personales de hacer literatura. Tampoco pretendo que escriban como yo –cosa que también sería muy aburrida –, sino que lo hagan impulsados por sus propios esquemas. El error, o la falla, de muchos cuentistas de mi generación –además del de intentar emular los estilos de autores canonizados y muertos física y/o literariamente hace ya muchos años – es el de empezar a escribir un relato a partir de (o centrados en) una anécdota, o, peor, de una moraleja, y de buscar siempre el golpe de efecto. Más que cuentistas, algunos parecen falsos humoristas buscando inventar el mejor chiste. Y al final uno se queda con la sensación de ya escuchó ese chiste muchas veces, y de que ya es imposible que a alguien le cause gracia.
G. – Permítame reformularlo un poco. Darle una tonalidad “estilo Rial”; visos polémicos a los que usted parece que me escapa. ¿Qué le parece que tiene como pro y como contra la tradición del cuento argentino? Pensémosla, a dicha tradición, en manos de los consagrados canonizados. Un Arlt. Un Borges. Un Cortázar. Desde ya, un Castillo. Generosamente, un Saer. Y todo lo demás.
M. - La existencia de los libros de los autores consagrados tiene como positivo justamente eso: que se los puede leer, se puede disfrutar de sus textos, e incluso se puede aprender de ellos. Claro que esas lecturas y ese aprendizaje – si uno, además de leer, también escribe – deben ser bien tamizados para evitar que desemboquen en copias malas y de poco valor. El peligro que se corre elevando demasiado la figura de esos autores, o respetando en extremo ese canon, es el de pensar que ya no se puede crear de una manera diferente. Me cansa escuchar frases del tipo "en la literatura ya está todo dicho", como si (además de la falacia que encierra esa afirmación) el arte de la literatura residiera en "decir cosas". No hay que decir nada; la literatura es maravillosa pero también, en otro sentido, es inútil. Si hay algo que decir, se va a decir solo. Volviendo a la pregunta, creo que hay que empezar a escribir mirando hacia uno mismo (a los deseos y al Sistema implementado por uno mismo) y dejar de mirar hacia el canon. Todavía hay muchas cosas por hacerse.
G. – Gracias, Molina. ¿Esa última galletita, al lado de su café, se la va a comer?

Los estantes vacíos: el filtro del abúlico



Leí Los Estantes Vacíos de Ignacio Molina. Y lo comento acá, como parte de la política de La Retaguardia Crítica.

Siempre pensando en lo mismo


Dragón del Mar no está muerto. O si lo está, su fantasma mantuvo con PH esta conversación sobre lo mismo de siempre.

playmobil back to the neighbourhood dice:
http://terroryculturaonline.blogspot.com/
playmobil back to the neighbourhood dice:
entrevista a bolaño
playmobil back to the neighbourhood dice:
de entreparentesis
playmobil back to the neighbourhood dice:
lo leiste?
Sebastián dice:
sí, pero no la tenía muy presente
Sebastián dice: siempre está bueno releer a bolaño, no hay nada que hacer...
playmobil back to the neighbourhood dice:
claroplaymobil back to the neighbourhood dice: si no, uno se olvida de que hay robarle
Sebastián dice:
jajaj
Sebastián dice:
imposible robarle, es demasiado personal
Sebastián dice:
para qué voy a robar una billetera que dice tiene el nombre de otro escrito arriba?
playmobil back to the neighbourhood dice:
vos decis que el que no se da cuenta, es un orate que no se quiere dar cuenta¿?
Sebastián dice:
nonon
Sebastián dice:
es que es imposible robarle algo a bolaño sin que seaalevoso, me parece... No es lo mismo con,ponele,Hemingway o Arlt o algún otro que, si bientienen unestilo definido, éste pasa más por una clase de redaccióno una temática en particular... en cambio enbolañocuáles son los temas? cuáles son los rasgos estilísticos?cambia tanto de un libro a otro que es casi imposible saberlo......
Sebastián dice:
aunque es posible que me equivoque, en el fondo me parece que lo estoy idealizando demasiado
playmobil back to the neighbourhood dice:
esta muy bien eso
playmobil back to the neighbourhood dice:
digo, lo qeu distingue a bolaño no es el tema
playmobil back to the neighbourhood dice: e
so esta bien
playmobil back to the neighbourhood dice:
lo que lo distingue es el clima
playmobilback to the neighbourhood dice:
hay un clima que es de incertidumbre constante que es lo que rodea a todo lo que lei de el
playmobil back to the neighbourhood dice:
como que uno siempre esta expectante
Sebastián dice:
es verdad
Sebastián dice:
una tensión que nunca se resuelve
Sebastián dice:
quizás por eso nos parecía buena la comparación con lynch
playmobil back to the neighbourhood dice:
che
Sebastián dice
uno podría hablar de que los temas de bolañoson eldestino de la generación del setenta, porejemplo, pero no... eso es en los detectives salvajesquizás (y hastacierto punto) y en dos o tres libros más...después escomo que se diluye... es eso que decís vos,la tensión.
playmobil back to theneighbourhood dice:
hay una retrospectiva de lynch en el borges
playmobil back to the neighbourhood dice:
la sala del borges es una garcha pero estan pasando todo ahi
Sebastián dice:
tenemos q ir
Sebastián dice:
tenés el programa?
playmobil back to the neighbourhood dice:
no, pero me imagina que andara en la pagina del borges
Sebastián dice:
a ver, me fijo
playmobil back to the neighbourhood dice
http://www.ccborges.org.ar/home.html
Sebastián dice:
che
Sebastián dice:
seguro que es de este año?
Sebastián dice:
el año pasado dieron el mismo ciclo creo que tb en julio
playmobil back to the neighbourhood dice:
si si
Sebastián dice:
yo quisiera ver de nuevo ésta: 5, 13 y 22 de julio 20 hs. Twin Peaks: Fire Walk with Me
Sebastián dice:
vamos el 13? tenés ganas?
playmobil back to the neighbourhood dice:
dale
playmobil back to the neighbourhood dice:
el trece es el que viene, no¿?
playmobil back to the neighbourhood dice:
o mañana¿
Sebastián dice:
sí, es el viernes que viene
playmobil back to the neighbourhood dice:
ah, dale buenisimo so
Sebastián dice:
el otro día bajé, no me acuerdo de qué sitio,una entrevista a bolaño en tv
Sebastián dice:
decía algo muy interesante que me hizo acordar a tu post donde lo comparabas con las vanguardias
Sebastián dice:
hablaba de baudelaire y comentaba que lo quelotransformaba en un escritor grandioso es que,más allá de que su obra fuera revolucionaria, tenía muchísimo sentidocomún. Y que lo que distinguía a un granescritor de unavanguardia sin contenido era precisamene eso:el sentido común
.Sebastián dice:
es básicamente lo mismo que decías vos, pero con otras palabras
Sebastián dice:
y aplicado a bolaño
playmobil back to the neighbourhood dice:
esta muy bien eso
playmobil back to the neighbourhood dice:
como que, en el fondo, de todo, hay que transmitir algoque desestructure alguna parte del sentidocomun pero queal mismo tiempo no lo invalide totalmente
Sebastián dice:
claro, tiene un núcleo más conservador, porllamarlo de alguna manera... en otras palabras: hay cuestiones en las que no vale la pena innovar.
Sebastián dice:
porque corrés el riesgo de que nadie te entienda
playmobil back to the neighbourhood dice:
claro, es que, en el fondo, eso es ser realista
playmobil back to the neighbourhood dice:o
sea, vos podes modificar algo pero sabes que no podes modificar todo
Sebastián dice:
y sí...
Sebastián dice:
un socialdemócrata, digams
Sebastián dice:
eso debe ser lo que lo diferencia de los real visceralistas, no?
Sebastián dice:
el sentido común
playmobil back to the neighbourhood dice:
y tengo la sensacion
playmobil back to the neighbourhood dice:
lo que les faltaba era sentido comun, en definitiva¿
playmobil back to the neighbourhood dice:
pero para
playmobil back to the neighbourhood dice:
hay que distinguir algo
playmobil back to the neighbourhood dice:
en que se distingue a bolaño pintado asi consentidocomun de bolaño como un mero burgues delsentido comun? Sebastián dice:
la diferencia sería que un mero burgués del sentido común escribe como pérez reverte
Sebastián dice:
lo que los distinguiría es el espíritu revolucionario,tal vez, pero convertido en una vaga utopíaque nunca se concreta ni termina de tener sentido
Sebastián dice:
o sea
Sebastián dice:
2666
Sebastián dice:
qué carajo significa si no eso???
Sebastián dice:
es como el punto de fuga, me parece, pero un punto de fuga irreal
Sebastián dice:
una revolución que se sabe imposible desde el comienzo, pero que igual avanza y en el camino, queda algo
playmobil back to the neighbourhood dice:
ahi te esta saliendo una lectura setentitsta
playmobil back to the neighbourhood dice:
un poco es eso
Sebastián dice:
es que bolaño es esa generación
playmobil back to the neighbourhood dice:
pero tamben es un poco independiente de eso
Sebastián dice:
la misma generación de mario, al fin y al cabo, pero mil veces más lúcido
playmobil back to the neighbourhood dice:
tambien es el problema de la carencia de sentido en lo que tiene sentido comun
playmobil back to the neighbourhood dice:
ahi esta
playmobil back to the neighbourhood dice:

ahi algo asi como una lucha expuesta entre el sentido comun y un afan revolucionario
playmobil back to the neighbourhood dice:
bolaño viene siendo el que perdioo y no tiene resentimiento sino vacio Sebastián dice: me parece que llegamos a algo
Sebastián dice:
ese vacío es 2666, las muertas de ciudad juárez, el poeta loco en el manicomio de mondragón playmobil back to the neighbourhood dice:
si, el vacio es ese
Sebastián dice:
sabés que releyendo la parte de los críticos,me pareceque hay algo más en el tema de morini. Vosdecías quehabía una clave ahí y creo que tenías razón.Pero laclave no viene, me parece, por el lado delespacio. Morini es el único que se queda con el Archimboldilibresco, digamos, aludiendo problemas desalud, pero laverdad es que no quiere ir. Por qué? Antesfue a visitarlo al pintor que se
playmobil back to the neighbourhood dice:
la promesa de que en el futuro va a haberalgo que hagaque todo cierre; que la revolucion y elsnetido comun se unan
playmobil back to the neighbourhood dice:
por eso, no es que no hay solucion a los crimenes
playmobil back to the neighbourhood dice:
no hay, ponele, alguien desesperado porque no encuentra la solucion
Sebastián dice:
corta la mano. Le pregunta por qué lo hizo yel tipo leresponde al oído algo tan decepcionante comoque lo hizopor dinero. Ahí Morini se da cuenta de algo,y es elúnico que no se empantana en Santa Teresa.Creo que Morini percibe antes que todos ese vacío.
playmobil back to the neighbourhood dice:
todos lo viven como si fuera un problema que hay queterminar de comprender; que la solucion estaahi, peroque no hay alguien como marlowe que venga aponer todo en sus cuadrados
Sebastián dice:
exacto
Sebastián dice:
y lo que nosotros mismos estamos diciendo es,en el fondo, algo vano...
playmobil back to the neighbourhood dice:
si, morini es el primero que habria que leer
playmobil back to the neighbourhood dice:
es mas, hay que hacer un grupo de lectura demorini
Sebastián dice:
jajaj
playmobil back to the neighbourhood dice:
hay que encontrar el mail de morini
Sebastián dice:
puede ser...
playmobil back to the neighbourhooddice
hay que venerar a morini
playmobil back to the neighbourhood dice:
hay que quedarse en silla de ruedas por morini
Sebastián dice:
es el menos ingenuo de todos lospersonajes
Sebastián dice:
el único que no busca nada porque sabe que no hay nada que encontrar
playmobil back to the neighbourhood dice:
y si no me equivoco es el que se desencanta primero, no¿
Sebastián dice:
es como ponerse a buscar los móvilesde un asesinoserial. Eso es lo que desconcertaba ala policía antes deque estuvieran tipificados. No haymóvil. De repente eltipo salió con ganas de matar y mata.Punto. No hay nada más que explicar.
playmobil back to the neighbourhood dice:
claro
playmobil back to the neighbourhood dice:
como el meon de santa teresa
Sebastián dice
claro, se desencanta de movida, antesincluso de queaparezca la pista de Archimboldi, conlo del pintor ycuando la visita a Norton a Londres
Sebastián dice:
si
playmobil back to the neighbourhood dice
que como no se sabe bien porque, bolaño tiene que poner todas las fobias que existen
playmobil back to the neighbourhood dice:
proque aunque es probablemente una, tambien podria ser todas
Sebastián dice:
sí, claro, es un agujero negro, comobien dice lasolapa... debería haberle prestadomás atención desde el comienzo, jajaja
playmobil back to the neighbourhood dice:
si, debe ser uno de los pocos quedicen cosas interesantes

6.7.06

Cerrado por duelo


Primero, Bielinsky. Ahora, Rebella. PH se declara en duelo.

5.7.06

Retomar


Desde ayer que no me anda el celular, el gmail no recibe un mail de nadie, el teléfono no suena ni para que me vendan banda ancha con consumo; pensé que algo no funcionaba, que alguien se veía impedido por causas externas de comunicarse conmigo. Fue un buen día para retomar Doctor Passavento de Vila-Matas

4.7.06

Playmobil mundialista (iii)


Justo estaba pensando en mi post acerca de Alemania finalista del mundial, en cómo iba a llegar el camioncito del nacionalismo a buscarme, en que Klinssmann me cae bien, en Benno von Archimboldi, capáz que hasta en Kant. Llegaron los dos goles italianos y se confirmó: este mundial no es el del acierto de Playmobil. Mañana quiero que ganen los franceses y que Italia pierda la final. Mierda, Italia va a ser campeón.

Power to the Fernandez


Ahora que el Jefe de Gabinetes va a ser así como Flecha Verde; ¿se incluyen en sus nuevos poderes el de elegir quién debe ser el nuevo 10 de la selección?¿y el de declarar todos los días del calendario el día de la lealtad K?¿y el de obligarnos a atusarle sus sustantivos bigotes?