Bésala, bésala
¿Cuál es el final que nos promete Hollywood? El beso, el símbolo del amor perpetuo que nunca podrá romperse. Cada vez que pudo, John Ford intentó romper esa promesa, algo que no siempre le dejaron hacer.
My Darling Clementine es el ejemplo más claro; desde el título, uno espera que la tal Clementine aparezca y no sólo enamore profundamente al protagonista – en este caso Wyatt Earp (Henry Fonda) - sino que ella también se enamore. Sin embargo, la película es de otra cosa y Clementine no sólo va hasta Tombstone buscando a otro hombre, sino que su relación con Wyatt no excede por mucho lo amistoso; de hecho, Wyatt Earp está enamorado de ella pero de esas formas tan tremendamente relacionadas con el físico angelado y no sensual y tan poco relacionadas con cualquier otra cosa.
Llega el final de la película: Wyatt se va del pueblo a alguno de los cementerios preferidos de Ford y se encuentra con Clementine a quien, por cierto, se le murió su objeto de amor original. El plano es este:
En el medio del plano, separándolos, un caballo; del lado de Henry Fonda, cielo, aire, nada; del lado de Clementine una cerca. El punto es clarísimo: Henry Fonda está libre para amar, Clementine todavía está aprisionada dentro de un amor frustrado. Lo mismo se repite acá abajo.


Henry Fonda se va hacia el camino abierto. Clementine se queda en el medio de la cerca. Entonces, ¿qué tiene que pasar? Y no, no se tienen que besar.
Ford preparó todo para que no se besen; no quería ceder al romanticisimo en una película que era sobre otra cosa y donde morían tantas personas (algunos criminales, otros estafadores, otros buenos, otros jóvenes, etc.); Clementine y Fonda se despiden con una vaga promesa de reencuentro y un apretón de manos. Sin embargo, el productor dijo que eso no funcionaba, que el público de la preview estaba indignado cuando no llegó el beso y que había que besarse. Entonces, otro director llama a los dos actores, les dice que se besen en la mejilla e inserta únicamente el plano del beso.
Por supuesto, con este plano la película no se convierte en una película de amor pero la gente se queda más tranquila si los actores se besan; la gente no ve ni el camino ni la cerca, lo único que quiere es pensar que un día de estos, cuando vuelva de su trabajo aburrido y gris, alguien le va a dar un beso y ese beso va a ser para siempre.