type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: ¿Qué festejan los gusanos dentro de las manzanas?

26.6.09

¿Qué festejan los gusanos dentro de las manzanas?


Uno piensa que el atractivo del western tiene que disminuir en algún momento; que después de ver casi todo Ford, algo tiene que empezar a perderse. Y la cosa es que no; de en medio de la maraña de gente que atraviesa bíblicamente los ríos para alcanzar la tierra prometida o, lo que es lo mismo, para salvarse de sus pecados, aparece Bend of the River, de Mann.
En Bend of the River, hay dos historias: una, la del protagonista (James Stewart) y otra, la de uno de los secundarios, Jeremy Baile. Éste contrata a Stewart para que guie a unas cien personas a un nuevo asentamiento a través de montañas, ríos, etc.; en ese nuevo sitio, Baile pretende construir una ciudad del oeste ideal, moralmente igualitaria y que no esté viciada por el flagelo del oro, del alcohol, de la codicia desmedida en general.
Por supuesto, en el trayecto surgen mil conflictos y Stewart resuelve todo a los tiros, matando a más de veinte personas. La historia de Stewart se va revelando de a poco pero ya es evidente desde sus miradas y desde cómo lo miran los otros, que su pasado es completamente oscuro y sanguinario.
La primer historia, la de Stewart, está estructurada sobre algo que le dice Baile respecto de uno de los pocos que conocen verdaderamente su pasado: “los hombres son como las manzanas: es mejor separar a la manzana podrida porque pudre al resto”. Obviamente, Baile desconoce el pasado de Stewart y la primer historia se centra sobre cómo Stewart le demuestra su equivocación, que los hombres como él, los que eran considerados manzanas podridas, pueden cambiar y pasarse del lado bueno; el final feliz se aproxima de una manera casi ridícula, parece llegar y uno se queda un poco indignado con este héroe tan feliz de ser aceptado en la sociedad ideal.
La segunda historia, la de Baile, está estructurada sobre la misma idea pero sumada a otra frase que le suelta Cole, el único que conocía el pasado de Stewart: “¿para qué ayudás a todos estos que te darían una patada en el culo apenas conozcan tu pasado?” Si uno ve seriamente la película, en realidad, Stewart sigue siendo el mismo asesino instintivo, el mismo sanguinario de su pasado oculto pero con una diferencia, por cierto, no menor: ahora está del lado de los buenos; ahora mata a “los malos”, donde lo de los malos es cada vez más relativo. No importa que sean tres contra uno, no importa que no tenga un arma de fuego, no importa que sea de noche, Stewart siempre encuentra la forma de matar a quienes lo persiguen. ¿Es un asesino útil, entonces?¿es cómo un ejército? Bueno, se le parece pero lo que importa es Baile.
Como se imaginarán, Baile termina conociendo el pasado de Cole y diciéndole: “ah, tenías razón, los hombres malos pueden cambiar” y llevando todo al final feliz. ¿Pero quién cambió ahí? ¿Cambió Stewart o cambió Baile?
La hipótesis de este blog es que el que cambia es Baile: al principio, lo vemos en un rol casi patriarcal, conociendo los riesgos pero no participando activamente en sus soluciones; al final, el mismo Baile termina repartiendo corchazos a diestra y siniestra en menor medida que Stewart pero hay varios que caen alcanzados por sus disparos. Si Baile fue el que cambió, si ahora Baile se dio cuenta que hay que llenarse las manos de sangre para que la ciudad ideal prospere, ¿realmente cambió su idea respecto de que los malos siempre van a ser malos? O es, quizás, que Baile es ahora una manzana podrída más del cajón, alcanzada por lo contaminante de Stewart que no puede distinguirse entre su propio volverse malo y el ajeno volverse bueno de Stewart. ¿O es que Baile tiene que limpiar su propia conciencia justificándose en la absolución y olvido ofrecido a Stewart?
Independientemente de cuál sea la respuesta correcta, la ironia de Mann radica precisamente en la mera posibilidad de estas lecturas; ese final feliz del cual uno se queja es, en realidad, el comienzo de una sociedad en la cual ya no hay una, sino dos manzanas podridas.
(*)pic from here

2 comentarios:

Acherontia Atropos dijo...

PARA EMPEZAR, NO HE VISTO LA PELI... pero no me aguanto las ganas de comentar la entrada, porque pienso que independientemente de quien mate a quien, hay un maton asesino, no voy a decir que es malo o bueno, o que son manzanas podridas (2 o 1... eso no es importante)... y el asesino como muchos, o como yo, tal vez llego al punto de pensar que las cosas se resuelven solo a tiros, es triste pensar así, pero es que es tán dificil tener optimismo, un optimismo sensato, no uno del mundo de mermelada. Y si... son siempre los gusanos los que hacen fiesta.

Joel Drut dijo...

Ja! yo tampoco la vi pero comento que de todas formas todos tienen cara de mayonesa...