type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: Chicos de Sergio Bizzio: multitudes y equilibrios

25.3.06

Chicos de Sergio Bizzio: multitudes y equilibrios

Como todo lo que hago últimamente, leer Chicos de Sergio Bizzio provino de un capricho, el cual trato de purgar haciendo que argumento acá; el asunto es que leí en la Llegás una nota de Fabián Casas respecto de “Evidencias del lugar del hecho”, una reunión de escritores en un mítico hotel de Ostende. A esa reunión había ido Bizzio; por lo que contaba Casas y por lo que pude leer de él, descubrí ciertas obsesiones compartidas: el pánico al avión, una vida completamente esquizofrénica y dividida, etc. Sí, así de caprichosa están mis lecturas por estos días.

En una de las entrevistas estándar que le hicieron a Bizzio, dice respecto de Chicos que lo que otorga una unidad temática a este libro de cuentos es el tratamiento de lo menor. Sin embargo, esto sólo es verdad si por menor entendemos menor de dieciocho años.
A lo largo de Chicos, la mayoría de los protagonistas son adolescentes que descubren conflictivamente el amor o el sexo, o el amor y el sexo, dos temas que se encuentran lejos de ser menores; en Cinismo, un chico de quince años descubre lo que todos más o menos sabían: su homosexualidad; en Lo Denso, una joven descubre que trajo desde España a su casa un idiota y que, encima, se le escapa el pito cuando duerme la siesta ante las atentas miradas de la familia de ella; en Un amor para toda la vida, el amor adolescente tiene consecuencias eternas, etc. etc.

Bizzio intercala recursos trilladísimos y anticuados para “”reflexionar”” sobre la literatura, algo que no parece ser excesivamente necesario; así, por ejemplo, la intervención casi brechtiana del autor en el medio del relato: “ahora hagamos dos cosas fundamentales: hablemos del futuro, y resumamos”, “Por encima de él, Uma advirtió que… (no importa, no hay tiempo)”, “Vean ustedes con qué naturalidad pasa el tiempo en la literatura”, etc.”, termina siendo más un obstáculo a la lectura que algo interesante para leer.

Lo más interesante – al tiempo que lo complicado – que tienen estos cuentos de Bizzio es la multitud de personajes que pueblan cada uno de ellos; por un lado, convierte a los cuentos en mucho más que el relato de una historia – o si se quiere más que en las dos historias que un cuento debería contar -, los convierte en un conjunto a punto de caer al abismo. Por ejemplo, en Gripsi, dos extraterrestres diminutos se le aparecen a un escritor de origen japonés; una vez que los extraterrestres se van, el cuento – creo – debería terminar; sin embargo, continúa con la historia del escritor japonés; en El Tótem pasa algo parecido; la historia principal, que va variando de protagonistas a lo largo de las páginas, termina con uno de ellos mirando hacer el amor a dos adolescentes que nunca habían aparecido. Estos cuentos podrían narrar otra historia más y sería lo mismo; lo arbitrario de las supuestas relaciones, lo arbitrario de que se encuentren en el mismo cuento, termina duplicando el cuento sin mucha necesidad. Por otro lado, eso genera problemas evitables de manera sencilla; frente a esa multitud de personajes, no es difícil (Lo denso) que se de un nombre a un personaje ya introducido previamente sin nombre y no establecer una correlación entre un momento y el otro.

Hay dos cuentos – quizás, los más medidos, los más correctos – que están muy bien: uno de ellos es Malcolm, la historia de un pato que decide vengarse – de una de las formas más terriblemente descriptas - de unos gatos que lo violaron; curiosamente, algo que el mismo Bizzio reconoce, en esta historia, que por convertir a un pato en un ser racional, parece ser más una historieta (lo curioso viene de acá, de que si se quiere, la historieta es otro género) que un cuento, Bizzio logra un equilibrio bastante adecuado entre todos los personajes y la historia principal.
El otro cuento, Un amor para toda la vida, es, probablemente por el tono intimista y cuasi autobiográfico de la historia, el más logrado – bah, el que más me gustó:
“- Lisa… - le dijo -. Desde que te fuiste no pasé un solo día sin pensar en vos. Toda mi vida te di vueltas… di vueltas alrededor tuyo toda mi vida. Cuando me casé, pensé que si algún día volvías y me seguías queriendo, yo podría dejar a mi mujer. Cuando mi mujer me dijo que estaba embarazada, lo primero que hice fue lamentarme, porque pensé que si volvías yo no iba a poder dejar a mi hijo. Todo lo que hice, lo hice siempre pensando en vos. Y ahora…”

4 comentarios:

Cinthia Dimitri dijo...

Bueno, no sé qué comentar, no lo leí...lo leeré...

Anónimo dijo...

así que tu barómetro son las patologías coincidentes.

eso te pasa por leer a lanchita.

Anónimo dijo...

Yo leí "En Esa época" y me pareció simpático, pero le debe demasiado a César Aira. Volvería a leer otra cosa de Bizzio si la encontrara en saldo como el libro anterior.

mauro m. dijo...

y creo que "Chicos" no es el mejor libro de Bizzio, creo que los mejores son "planet", "en esa época" y sobre todo "Rabia".