
Fernando se despertó con un horrible dolor en la garganta; ahí se acordó que había fumado mucho hace un par de horas; mientras se tocaba la pija sólo para comprobar que estuviera allí, comenzó su agenda mental del dia: no tenía nada que hacer salvo encontrarse en Platón a las 7 con Gran Escritor.
No faltaba tanto, era la 1. Se levantó, se puso los pantalones jamaiquinos llenos de humo de la noche anterior, escupió en el baño una sustancia que desconocía podía salir de pulmones humanos, se agachó hasta el bidet, miró la sustancia y sólo entonces supo que era negra. Qué loco. Se cepilló los dientes mientras Mairtena le tocaba la puerta del cuarto para ver si bajaba a comer.
Fernando dijo que no, gracias, gracias, Mairtena pero no, ahora bajo a tomar café nomás. Bajó, tomó café nomás, pensó si Mairtena estaba buena o no. Subió a su cuarto, prendió la computadora, contestó un mail de su herrmano en Swazilandia que le contaba del último conflicto con el mijo y de cómo ya se acercaba el momento en que el país – Swazilandia – volviera a entrar en guerra civil. Leyó Clarín, Infobae, buscó en el Google el nombre de la chica que le gustaba desde hacía tres días. Miminimizó las ventanas de internet, abrió el MSN, saludó a quienes tenía que saludar, charló con uno sobre fútbol, con otro de política, con otro de los blogs, con otro no charló porque el otro estaba trabajando.
Ahí, Fernando miró que faltaba poco para Gran Escritor; se puso No disponible en el MSN y repasó las preguntas que había preparado para Gran Escritor; mientras las revisaba, también revisaba si Deleuze diría algo así, si Derrida estaría de acuerdo con él; leyó Rizoma y no entendió mucho porque Rizoma no se entiende mucho y pensó que su pregunta tenía un clima similar; debe estar bien.
¿Las imprimo o no las imprimo? Fernando hizo deducciones; si la imprimo y las llevo quedo como un tarado y capaz que no me llaman más, y termino dando clases en un secundario; si no las imprimo, quedo como un improvisado, que no le doy mucha importancia al Gran Escritor; si pasa eso, el Gran Escritor PUEDE enojarse y si se enoja, no me llaman más. Las deducciones llegaban a su no pertenecer, así que decidió que quería pertenecer y empezó las deducciones al revés.
Se aprendió las preguntas de memoria; las actuó frente al espejo del baño; las actuó frente al espejo trasero del colectivo; las actuó en el espejo del baño de Platón; ahora, parecía natural pero interesado; ahora daba el nivel de importancia medio que tenía que dar a Gran Escritor.
Gran Escritor llegó a Platón, contestó las preguntas actuadas de Fernando, pagaron los cafés a medias, fueron a comer al Portugués, Gran Escritor le dijo a Fernando que ya no daba seguir poniendo play al grabador. Gran Escritor invitó a Fernando a fumar porros (así, en PLURAL) en su casa, Gran Escritor rompió el culo a Fernando, Gran Escritor clavó puñaladas en Fernando cuando éste dormía en pelotas, Gran Escritor quemó el cadáver, las hojas que contenían las preguntas, el casette del radiograbador, se sacó un pasaje a Cipoletti y se fue.
Mairtena, a veces, lo llora.