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1.6.06

Madame Bovary: las tentaciones de la introducción

Las introducciones de las ediciones relativamente baratas suelen ser no sólo bastante malas sino también bastante pretenciosas pero, al menos, tienen el prurito de hablar de la obra. Acá no; en la edición de tapas duras de Altaya de Madame Bovary hay una larga introducción (27 páginas, para ser precisos) de Joan Sales, escrita en 1981, dos años antes de su muerte, en donde Sales parecía haber encontrado la forma de hablar de sí mismo de una manera vulgar.

La legitimación de una tarea (la del introductor) que no exige legitimación le da a Sales la primer oportunidad para hablar de sus capacidades e ilusiones.



“El lector ya habrá colegido que no soy ningún flaubertiano cegado por la
admiración hacia el maestro como tantos hay en Francia: frente a sus obras
menores, guardo – creo yo – toda mi capacidad crítica e incluso irónica. Puedo
envanecerme de conocerla muy a fondo pues la leí apenas entrado en la pubertad y
la he releído luego muchas veces; la traduje en 1962 al castellano y conservo
todavía la ilusión de hacerlo algún día al catalán”

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Como si lo importante fuera qué pensaba Sales de Flaubert, Sales se cita a sí mismo con una observación que, si bien no deja de ser precisa, es irrelevante; es como si Sales hubiera encontrado una idea y aunque se hubiera demostrado que era intrascendente, la tuviera que defender, mimar y mostrar de la misma forma en que exigimos la misma pirueta de nuestro perro cuzco.



“En mi extensísimo prólogo al tomo que
conteniendo mis traducciones de Madame Bovary y Salammbó se publicó en Barcelona
expuse una idea personal que sólo bajo este título – y bajo estar reserva – voy
a repetir aquí: si la Bovary hubiera sido capaz de escribir una novela habría
escrito Salammbó: “(metalenguaje 2)No lo digo a la ligera ni a modo de paradoja
más o menos chispeante; lo he pensado mucho. Entre las ridiculeces románticas de
su heroína, Flaubert que se extasiaba mirando grabados de novelas; entre éstos
figuraban “(metalenguaje 3)paisajes lánguidos de regiones ditirámbicas” en los
que se ven a la vez “palmeras, abetos…” Pues bien, este consentido botánico,
denunciado irónicamente por Flaubert en los grabados que Emma admiraba, se halla
sin sombra de ironía en Salammbó”

Sales parece sentirse cómodo en el rol del imperativo categórico que no siguió pero que debía haber seguido Flaubert en su carrera literaria: desde su capacidad crítica e irónica (metalenguaje 2) y desde sus ambiciones teóricas, Sales extrae una complejísima y novísima teoría del artista de carácter universal:



“Como director de una colección de novelas, nunca me he cansado de recomendar su
lectura a los jóvenes que aspiran a llegar a ser buenos novelistas, no para que
la imiten sino para que aprendan mirándose en tan limpio espejo. Madame Bovary
es la menos “genial” de las grandes novelas. No existen “escuelas de formación
de genios”; geniales fueron Dante, Shakespeare, Cervantes y Dostoievski, y el
genio se tiene, no se aprende. En cambio, es perfectamente posible aprender a
escribir bien, con claridad, con precisión con orden, con sentido común:
aprender a trabajar con paciencia, humildemente, enmendando una y cien veces la
cuartilla escrita hasta lograr que diga lo más simple y claramente posible
aquello que uno quiere decir.”


Una vez que Sales nos ha dado lecciones de biografía, de crítica literaria, de dirección editorial y de creación literaria – y que sólo ha escrito algunos datos y polémicas históricas acerca de la identidad de la Bovary – siente que el mundo es pequeño, pequeñísimo para su ego y comienza a implorar al cielo metafísico su aceptación y redención futura, dando una señal del argumento antiabortista, la inocencia de las criaturitas.



“En lo que Flaubert despachara con un par de páginas y una brevísima frase,
Dostoievski, con la perspicacia del genio, comprendió que estaba el verdadero
meollo del tema del adulterio; sus desastrosas consecuencias lejanas, recayendo
sobre la parte inocente y, más incomprensible aún, sobre la inocentísima. Porque
en efecto es algo que nos encoge el corazón más allá de lo que puede decirse y
nos hace sentir más que todos los alegatos la terrible gravedad del adulterio
esta misteriosa y a nuestros ojos inmisericorde “justicia” que hace descargar su
expiación sobre una cabecita infantil, lo más inocente que pueda haber en este
mundo. Por suerte, los cristianos creemos en otro.”


Pero, PH, esto no puede ser: ¿qué piensa usted de Madame Bovary, en definitiva, no es que la leyó? Y…se lee rápido.



8 comentarios:

paula p dijo...

El poder de la oposición. igual, tiene la gracia torpe del Si mismo. el 10ego, etc.
a dónde fuimos a parar..!

Silvio Astier dijo...

Lo qué?
Me repite la pregunta?

Anónimo dijo...

epicriticismos. la crítica de la crítica de la crítica. o sea que estoy en el grado del arte, estimado, y le pregunto: ¿qué es ese "se lee rápido" referido a un gran clásico?, ¿ha tomado la postura tan gastada y tan de moda en tantos círculos del provocador?

Anónimo dijo...

(fuera de eso el post es muy divertido. para un trabajo más detallado, lo remito a mi extenso análisis (762,5 págs.) de Charcas: 1974, que considera mis críticas a las reflexiones de playmobil presentes en otro trabajo de mi autoría, "Hombrecitos de plástico y literatura: ¿tiene algo que decir" [Porrúa: 1953])

Anónimo dijo...

Fe de erratas: "tienen". Y el año de edición era 1853.

Playmobil Hipotético dijo...

paula: sí, si querés tiene esa cosa ingenua de liberal optimista
del siglo XVIII
nadie: quién es más pesado? un kilo de bondiola o uno de oxígeno?
Pim: ahhhh, volvió mi enemigo crítico, aquel que por los años 1853 me indispuso con el Conde de R..., que vivía en la comarca de St......, y que casado con la condesa R......, me compraban hogazas de pan, alquilaban la buhardilla, me cosían las chichoneras almohadilladas, me ceñían el talle, me cerraban el postigo y me mandaban en un canapé a la mierda. Quierolo, en todo caso, pedazo de carolo

Anónimo dijo...

(parece ser que una vez más me tomaste por el bidon-chanal pour femme -¿qué tengo que hacer, empezar a poner "miss pim" y arruinar a beckett?-. cuidado. puede ser peligroso todo esto.

sol, no lucas.
sol, no lucas.
sol, no lucas.)

Playmobil Hipotético dijo...

pim: arruine, arruine, que soy medio idiota