type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: Evangelistas (ii)

23.11.06

Evangelistas (ii)

Brian está parado en el pasillo que comunica las escaleras principales con los lugares de votación. Su mano es negra, negra tinta que se chorrea como la sangre de Cristo derramada. Brian está parado en ese preciso lugar porque alguien le ordenó que lo haga, que volantee y que lleve a los votantes a la fila para que otro intente convencer a ese que fue llevado de que vote por ellos.

Está cansado, hace dos días que dice exactamente lo mismo sin mirar a la gente a la cual le habla. Brian no los mira porque sabe que esa gente está harta de él, de su agrupación, de las otras agrupaciones y de la política universitaria.

Cuando alguien le pregunta la mesa dónde tiene que votar, la que va de la A hasta la D, Brian se siente útil y piensa que quizás debería trabajar en Atención al Cliente. Lo acompaña a la mesa, y mientras recuerda todos los consejos prácticos que le dan respecto de cómo hablar, de cómo pararse, de cómo contar la plataforma política que descorre tinta y que leyó dos horas antes de empezar a estarse quieto, intenta concentrarse en algún punto de los cordones de las zapatillas del votante.
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Al llegar finalmente a la mesa, Brian intenta empezar a hablar pero se da cuenta de lo inútil que es convencer a alguien que no se puede mirar a los ojos. Le deja una plataforma casi de compromiso y vuelve al lugar de siempre; antes de llegar, vuelve la cabeza atrás y se da cuenta que la dueña de los cordones blancos deshilachados tiene un culo enorme.

- ¿Qué mierda estás haciendo ahí parado como un boludo? Andá, andá, hablá con la gente!!!.

Mientras deshace de su cara la sonrisa fingida, Brian siente que efectivamente es un boludo. Como si tuviera una cámara colgada desde el techo, se ve repitiendo el mismo acto con la única esperanza de que alguien finalmente lo note, de que alguien finalmente cumpla la promesa de llevarlo a comer con el Diputado Zárate.

A veces, quisiera estar en otro lugar; quisiera estar en el lugar de la acción, donde los otros militantes te pueden chicanear, te pueden putear y donde podés atemorizar a los votantes, tan sólo con levantar un poco la voz. Quisiera ser otro, quisiera ser Carlos, el que sí cenó con el Diputado Zárate. Pero para ser Carlos, tendría que empezar a hablar en voz alta, tendría que construir oraciones coherentes y tendría que convencerse de que un culo grande es un voto como cualquier otro.

- ¿Y qué querés? Se llama Brian, Brian!!! No podés pedir mucho de un tipo que se llama Brian.

Las risas de Carlos y de Mariano se siguen escuchando sinceras mientas pasan por su lado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

somos más... ouch! perdón... quiero más!!! Vamos por evangelistas (iii)!!!

Apologista dijo...

Casualidad que conozco -de lejos-un "pastor" anglicano de ese nombre.
Muy bueno.

pd: Sigo esperando el desenlace del romance Elba-Aída.
besos, Mar

Catalina Vélez dijo...

la importancia de llamarse Brian, equivalente al potencial que nunca se desarrollará en la política popular y del mercado.

Playmobil Hipotético dijo...

da: ya viene ya viene
marianita: ya llega ya llega
cata: exacto, exacto: tampoco va a llegar a mucho en ningún otro aspecto pero bueno, ese es lproblema de los padres que ponen esos nombres.. besos

Anónimo dijo...

Hola! Además de admirar su vesatiliadad literario, admiro la increible producción fotográfica q acompaña cada post. Muy bueno el blog! Visite el mío a ver q opina !!!!