type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: Tres meses tarde...

14.1.09

Tres meses tarde...


El problema de los foucaultianos es que a veces se zarpan de pelotudos. Este es un buen ejemplo.
El tipo especial de foucoultianos pelotudos que mencionamos es el que cree que por establecer ciertas conexiones causales entre un lugar de (llamesmolo así) poder y una obra impide cualquier tipo de logro artístico, que lo hace inválido. Entonces, ni siquiera hace falta ver una película, ni siquiera hace falta comentar algo de eso. Tan sólo dicen que la FUC es una mierda, que Noriega estaba en Petinatto y que el Amante es el huevo de la serpiente.
Sí, Los Paranoicos es una comedia argentina, sí, la pueden haber hecho en la FUC. ¿Y qué? ¿No te parece que tiene algún mérito?¿No te parece que el hecho de que la gente de treinta años la entienda y tenga una conexión con ella a través de El Mató – nueva banda de cabecera de este blog –, a través de un supermercado chino, a través de Daniel Hendler, significa algo? ¿quizás que te estás poniendo demasiado viejo? ¿No te parece que una película argentina que se decide a externalizar en otro personaje el problema existencial del protagonista se merece una mención positiva? ¿No te parece que es mejor hacer eso que películas que no tienen ningún éxito comercial pero, sin embargo, una lectura existencial que sólo está puesta en diálogos rimbombantes, en frases sacadas de las oraciones más largas y más aburridas de Faulkner? Claro, lo opuesto a lo clásico en el cine es una película de dos horas de un solo plano de dos chinos que se miran constantemente, sin hablar, sin hacer nada. Es tan opuesto al cine que se llama pintura.

15 comentarios:

Silvio Astier dijo...

Comparto con ud en despreciar a aquellos que compran pasquines en Congreso de Tucumán con el ranking de lo "In" y de lo "Out" en materia cultural y lo usan como canon a priori.

Tampoco me pillo ante los fracasos por entenderlos "anti populares" siendo que lo popular, necesariamente, es vulgar y lavadito para poder venderlo en masa.

Ahora, que Los Paranoicos carece de éxito alguno, es una verdad altisonante; tanto es así que todavía no se la puede descargar de ningún puto lado para arruinar 700 megas con la cara de jeler (o como se llame el pibe ese que hizo un personaje super jugado en una tira de telefe).

Como siempre, un placer che.

Oscar Cuervo dijo...

Muñeco:

Gracias por lo de pelotudo: sienta una buena base para un debate fructífero.

Así como me siento totalmente identificado como "el pelotudo este" con que me presentás, se me hace más difícil vincularme con el "foucaultiano pelotudo" que me obsequiás en el segundo párrafo.

Digo yo: ¿vos leiste alguna vez a Foucault? ¿qué tiene que ver Foucault con mi comentario o con alguna otra cosa de mi blog? ¿o es un insulto de moda entre la gente de treinta años que tiene como película de cabecera Los paranoicos y como banda de cabecera El Mató? ¿Ser foucaultiano es como antes era ser comunista?

A mí me encanta que por fin la gente de 30 años entienda una peli (era hora!) y no tener que estar mirando aquella película foucaultiana tan difícil, donde dos chinos inmóviles dicen frases sacadas de las oraciones más aburridas de Faulkner.

Todas las tribus se merecen una película y ustedes ya la tienen.
Ahora, volvé a construir tu discurso teniendo en cuenta que la peli que tanto te gustó tuvo menos espectadores que la de los chinos inmóviles.

suerte!

Silvio Astier dijo...

Yo entendí que lo de Foucaultiano se dijo por aquel párrafo del post en el que se discute sobre el "clasicismo" o el "neoconservadurismo de la FUC", y la forma en que este concepto es roto desde una posición postmoderna, anti-ombliguista, entendiendo por donde pasa el poder. No creo que se haya recurrido a "foucaultiano" como metáfora de "puto".

Ser Foucaultiano hoy (gran nombre para una revista) es como ser comunista ayer? Che, Foucault era comunista! Aunque no sé, yo no leí a Foucault, yo esperé que salga la película.

De modo que PH, en esta no lo puedo bancar porque Jeler me parece medio "foucaultiano".

Y hablando de Faulkner y directores peores que el Cholo Simeone, me voy a ver Barton Fink.

Un abrazo che, todo muy lindo.

Playmobil Hipotético dijo...

oscar: si, puede ser que lo de pelotudo no sea la mejor parte de todo lo que digo. Sin embargo, sí creo que hay una forma de razonar que es común a tu comentario sobre la película y que tiene que ver con no poder reconocer virtudes por algo que yo considero medianamente contingente. Si alguien cree que eso que yo considero medianamente contingente (como es el mecanismo de producción de una película), a eso lo llamo foucoultiano; crei que esa crítica al lugar donde se filmó, al lugar de dónde se sacó el financiamiento, de la cantidad de chistes, etc., es una crítica puramente secundaria y que no deja ver otra cosa.
En el caso particular de Los paranoicos, creo que es una de las pocas películas donde se demuestra que hay una forma de hacer comedia que es decente, qeu no implica robar a los espectadores y que no presupone espectadores idiotas. En el cine argentino me parece bueno que eso pase.
Suerte!
Silvio: usted está de acuerdo conmigo salvo en lo importante. es muy divertido como terminó llegando a poner jeler

Oscar Cuervo dijo...

Astier y Playmobil:
mi nota no hablaba delneoconservadurismo de la FUC, sino del neoconservadurismo de una crítica que quiere levantar la bandera de un cine clásico que bien estuvo cuando no era "clásico" sino que era simpelemente el cine que se hacía. El cine de los géneros, un cine hecho en un contexto histórico donde la industria,los espectadores y los realizadores estaban enfrentando cosas que para ellos eran nuevas. Cuando Hawks hacía comedias o Ford hacía Westerns, ellos no estaban proponiéndose ser "clásicos" sino hacer un cine nuevo, para el que no se tenían que remontar a referencias de 5o años atrás. Ser neoconservador es querer asumir la inocencia que se perdió, como tratar de restaurarse el himen de la virginidad perdida. Esa es la posición de una cr´tica que cree que se puede responder a los dilemas del cine actual volviendo a restaurar un modelo que cayó no porque los directores chinos le pusieron una bomba, ni porque Foucault lo decretó: ese cine cayó por su propio peso, porque ni el mundo, ni la industria del cine ni el público ya es lo que era. Un ejemplo podría ser lo que pasó con el público y los Paranoicos: que la crítica neo-conservadora la saludó como una vuelta a las películas que "conectaban" con el público y , decían, no como esas películas "raras" y "tristes" que sólo van a ver los amigos de los realizadores. Y bien a Los paranoicos no fueron a verla más personas que a las películas de Alonso o Lucrecia Martel. De manera que eso de que iba a conectar con el público no fue nada más que la ilusión de esa crítica neoconservadora.

Así que yo no me refería a que la FUC fuera neoconservadora. De allí también sale Lisandro Alonso, que vendría a representar no precisamente ese cine de género que "conecta con el público (en teoría)".
Lo de la FUC era una manera de expresar que se trata de un film de tribu: porque es evidente que Los paranoicos conectó con CIERTO público, un joven postadolescente de clase media (ya un poco grandecito para ser adolescente pero aún con dilemas de orientación vocacional) o media alta, que se identifica con ese perdedor simpatico que al final se va a quedar con la mina, que fuma porro y se encierra a escuchar a El Mató..., etc: guiños de tribu. No hay nada malo en eso, lo que se me ocurre es que eso conecta mucho más con los compañeros de la FUC del realizador, que puede entender los "guiños" internos de la película, y con otros sectores adyacentes a ese, que con el resto del público del mundo, a quien lo que la película cuenta ni fu ni fa.
A mí no me parece que si una película a va a ver poca gente esto la hace mala, lo que me parece es que eso refuta la hipótesis de que si el director el hace guiños a un público que la "va a entender" eso no garantiza que conquiste a nadie más allá de su tribu.
Mi texto no dice que la película es mala, sino que es sobrevaloraa, que cuando salió se la quiso recargar, desde la crítica conservadora, de un valor que le quedaba un poco grande. Quizá esa crítica que la ´levantó como ejemplo a seguir le hizo más mal que bien, porque el film es después de todo un aceptable debut de Medina pero no el inicio de una nueva época o el regreso al cine clásico y popular.

Por último: Veo que Astier tampoco leyó a Foucault porque lo que dice sobre Foucault lo encuentro poco foucaultiano. Y además Foucault no era comunista, excepto para los muchachos de 30 que aún no lo han leido.
saludos

Silvio Astier dijo...

PH: esas pequeñas diferencias son las que hacen atractivo nuestro contrapunto, querido.

Necesito pedirle consejo.

Tengo problemas, no con la señorita que es mi novia, sino, como decirlo, y espero que guarde precaución en esta revelación, con "la otra". Se siente desplazada, insatisfecha, engañada, usada, maltratada; arma escándalos por pavadas; se la pasa culpando a gente como ud y como yo, PH, dice que la generación de tipos de treinta años somos todos unos pendejos; yo traté de explicarle que su resentimiento se debe a que siempre fue segundona y nunca le dio el cuero para ser protagonista en ninguna historia, y que por mas que grite y patalee, "el referí es referí porque no sabe jugar a la pelota; lo visten de negro y le dan un poder que ejerce con despotismo ya que nadie puede respetar a un tipo que te dice lo que está bien y lo que está mal si él no sabe hacerlo; y que a ella le tocó no ser de ninguno de los dos equipos" En definitiva, PH, quería preguntarle si la metáfora se entiende porque a ella la vi echa una loca!

PD: con razón al partido le va como le va, si boludos como Althusser recomiendan y afilian al Partido Comunista Francés a tipos que no son comunistas... menos mal que ahora nos iluminamos!

Playmobil Hipotético dijo...

Oscar: me alegro que hables acerca de la película por que, en el fondo, lo que realmente era extraño de tu reseña era creer que podías hablar de algo solo hablando de lo que no se ve en la pantalla. Por supuesto, no creo que Los Paranoicos sea ni una película que impondrá una especie de mojón en la historia del cine argentino ni mundial sino que creo que es un esfuerzo altamente valorable por hacer una comedia. El hecho de que una comedia necesite de cierto contexto, necesite de ciertos guiños, de complicidad con algunos códigos puede estar más o menos presente en Los Paranoicos pero no me parece que eso la cierre definitivamente a distintos públicos, haciendola una película de tribu; me parece que lo bueno de Los Paranoicos es que tiene un guión. De todas formas, trazar una distinción de cuando un guiño,de cuando una referencia contextual es nada más que tribal y de cuándo es universal, me parece algo bastante complicado y arbitrario. Si mirás Bananas, vas a encontrar un montón de referencias contextuales que no creo que le quiten algo una vez que la estás mirando; y sin embargo, es la historia de un looser tan looser que ni siquiera se termina quedando con la chica.

Si vos querés, el problema es que la gente no mira cine argentino y la culpa la tienen el 90% de las películas argentinas que son una patada en las pelotas, tanto narrativamente como en las ambiciones grandilocuentes del director que se cree incomprendido aunque esté haciendo pelotudeces; Con respecto al otro cine argentino que mencionas, como el de Alonso y Martel, creo que es discutible qué es lo que hacen interesantes a esas películas. No porque no sean interesantes, por el contrario, sino porque creo qeu lo bueno de Martel es esconder una narración clásica detrás de otra cosa, dentro de cierta atmósfera de opresión creada principalmente por el trabajo de Martel y no de un guionista, cosa de la cual probablemente carezcan (y no digo que esté mal eso pero sí se convierte en un cine que no es narrativo - que me imagino que vos asociarías con el neoconservadurismo decadente). En Liverpool, creo que es claro que hay una diferencia profunda con respecto a sus películas anteriores y que la hace la mejor de Alonso hasta el momento; esa diferencia consiste en que si antes Alonso seguía a un personaje que no paraba de eludir historias, que no dejaba de eludir cualquier atisbo de conflicto narrativo o de tensión; en Liverpool eso cambia y ese personaje que generalmente eludía historias y conflictos, después de escapar de cada escena dramática, termina siendo eliminado de la película, que se pasa a centrar en una situación cuyo conflicto excede al looser no cool que no se va a quedar ni con la hija ni con nadie.
Vos podés decir que el cine narrativo ya fue, que el cine narrativo devino en clásico ysímbolo cultural de los neoconservadores. Pero todo eso depende de un gran relato de la historia del cine, la cual vos leés en clave de poder (porque todos estaremos de acuerdo en que hablar de neoconservadores no es casual.) Y para mí ese relato es un poco reduccionista.

Oscar Cuervo dijo...

Playmobil:
bueno, hay grandes películas narrativas y grandes películas no narrativas. y otras grandes películas que están en una zona en litigio entre lo narrativo y lo no. Yo no creo que sea neoconservador hacer películas narrativas, sí creo que es conservador exigir que el cine sea narrativo. El cine no nació narrativo y no tiene por qué serlo, aunque es cierto que en sus primeros 20 años el modelo narrativo se impuso, por una mezcla de talento de aquellos pioneros que diseñaron una sintaxis narrativa, ordenadora de espacio y de tiempo por un lado; y por el otro por conveniencia del modelo de producción industrial que pronto tomó la delantera. Creo que ese paradigma funcionó bastante bien hasta los años 80 y ahí empezó a dar muestras de agotamiento.
Mientras tanto, un cine no narrativo siguió haciéndose, pero de un modo más periférico, más marginal, de difícil exhibición y por eso con pocas posibilidades de producción.

Pero en los años 80 algo pasó con la tecnología: aparecieron diversos formatos, soportes distintos del celuloide, que con el correr de los años fueron ganando en calidad y que abarataron los costos de producción de un modo decisivo. Entonces la filmación ya no quedó tan ligada a la exhibición. El crecimiento de los festivales e internet funcionaron como canales alternativos de distribución y exhibición, de modo que hoy uno puede ver muchas películas que nnca se estrenarán en salas comerciales y que no dependen de modo acuciante del resultado de la taquilla. En mi lista de películas preferidas de los últimos años más de la mitad no se estrenaron en salas comerciales, muchas de ellas se filmaron en soportes digitales y la mayoría desafían o directamente ignoran los moldes narrativos o genéricos. Esta mutación es bastante evidente.

Yo creo que esto ha permitido desligar ciertas potencialidades que el cine siempre tuvo, pero que no se permitía por estar muy atado al proceso: conseguir un productor-hacer copias, distrubución mundial vía majors- cubrir la media de la taquilla. Entonces el lenguaje cinematográfico, sin esa coacción económica, puede ser pensado de otras maneras, de muy diversas maneras.

Ante esta realidad bastante palpable (creo que nadie puede negar este fenómeno, aunque a alguno no les guste que sea así) uno puede retroceder hacia lo viejo conocido o re-pensar qué es el cine. Hay muchos cineastas que están repensando qué es el cine. Y lo repiensan filmando películas. Y hay espectadores que acompañan esta mutación, que descubren placer, emoción y aventura no en los guiones de las películas, sino en el descubrimiento de nuevas posibilidades para la mirada cinematográfica.

Una reacción conservadora es añorar la hegemonía del modelo narrativo industrial, hablar en nombre de una esencia (falsa) del cine como necesariamente narrativo, exigir a las películas que cuenten historias sí o sí, medir el cine con un modelo heredado de la novela del siglo 19.

El cine no es novela. ¿A quién se le ocurriría decir que la música para ser buena tiene que contar una historia, o que tiene que tener un género definido, sentimental, humorístico o lo que sea? Está claro que eso no significa lo contrario: una canción puede ser muy buena contando una historia y también sin contarla; una sinfonía casi nunca cuenta una historia.

De manera que habrá un cine más novelesco y otro menos, uno más parecido a la prosa y otro más parecido al poema, uno más pictórico y otro más musical.

Aferrarse a los logros del pasado es conservador, dicho esto no solo en un sentido político (aunque también) sino simplemente estético.

Vos destacás como un punto a favor el que las películas tengan un guión (no sé si lo decís muy convencido, pero lo sugerís). Y yo te digo que el guión forma parte de ese modelo de cine narrativo industrial y que se inventó el formato guión porque servía a los fines de ordenar la planificación industrial, por secuencias, escenas y planos. Fue una solución económica, para abaratar costos. Dentro de ese esquema se hicieron grandes películas, pero creo que las mejores películas de la historia del cine (o las que yo considero tales) no son grandes por tener un gran guión, creo que si los guiones de Vertigo, La dama de Shangai, Sed de Mal, El Padrino, Amanecer, La tierra tiembla, Notorious, La angustia corroe el alma, Stalker, Madre e hijo, etc. hubiesen caído en manos de otros, difícilmente serían las obras maestras que son.

Decir que el cine verdadero o el bueno tiene que tener un guión sería como decir que la música para ser buena tiene que estar escrita antes en una partitura. Sabemos que la música de partitura se aprende en conservatorios. Ojalá nunca existan los conservatorios de cine.

Oscar Cuervo dijo...

Postdata sobre el cine argentino:
yo no soy un nacionalista en absoluto, no soy un gran paasionado del cine argentino porque sí nomás. pero tengo que reconocer que en los últimos 1o o 12 años la media de calidad del cine argentino subió. Vos me decís que el 90 % de las argentinas son una patada en las pelotas. Puede ser.
Pero yo te digo que el 90 % de las películas que se filman en el mundo, prescindiendo de su nacionalidad, son una patada en las pelotas. Y te agrego: de las 10mejores películas del 2008 hay tres o cuatro argentinas (y ojo que en mi lista no figuran ni Los paranoicos ni Leonera).

Silvio Astier dijo...

"Well, let's not start sucking each other's dicks quite yet". The Wolf (Harvey Keitel, Pulp Fiction).

Oscar Cuervo dijo...

No te pongas celoso, Silvio, que para vos también hay.

Playmobil Hipotético dijo...

silvio: no sea así, el bardo por sí mismo es anaquista. Hay que hacer algo después del bardo. Aunque eso sea acercar posiciones discursivamente, cosa que, en el fondo, no hacemos acá, sino que llegamos a algún lado interesante.

Silvio Astier dijo...

PH aburguesado ... se suponía que planteabas hipótesis sólo para no contrastarlas.

Lo se, lo se, fue un golpe duro.

nv dijo...

yo siempre que paso por acá dejo un aguante para Hendler y su tribu. Muy malo ese chiste de que es peor sobre el escenario que Adriancito Suar, no se lo cree nadie.

julieta eme dijo...

[...]
y acá
aprovecho
para decirles
como por azar
que el único
gran problema
del cine
me parece que es
dónde y por qué
comenzar un plano
y dónde
y por qué
terminarlo
[...]

JLG, Historia(s) del cine.

¿las viste alguna vez? yo vi tres solamente, creo. duran media hora cada una, más o menos. ayer terminé de leer el libro.

un beso.