Evangelistas (I)
los hombres te miran
te quieren tomar
Aída espera en la puerta del edificio a que alguien salga. Si eso pasa, Aída mira a la persona a través de unos gruesos anteojos en los que culmina su pollera negra que empieza en sus talones.
- Les tengo una buena noticia para usted, su familia y su comunidad. – les dice tan monocordemente como un militante en la cola de elecciones de cualquier universidad.
En general, los vecinos la esquivan o le toman el papel echándole una rápida ojeada. Mientras lo hacen, Aída intenta insertar alguna otra de las frases que sinteticen su cambio. En su mente, pasan fugazmente “antes, mi vida era un caos y ahora vivo en el paraíso”, “dios me dio los ojos para poder conocer la verdadera esencia de las cosas”, o “mi marido volvió a trabajar desde que en la Iglesia rezamos”; luego, reconoce que entre el potencial siervo de Dios y ella se interpone el vidrio de la puerta.
Luego de dos horas de repetir una rutina en la que sólo en contadas ocasiones puede traspasar el vidrio, Aída se reúne en la esquina con su compañera Elba. Elba tiene un rodete, una pollera floreada que le llega hasta debajo de las rodillas y, cuando hace calor, se desabotona el último botón, dejando entrever un Cristo del tamaño de un tenedor.
Aída camina a la derecha de Elba aunque quisiera caminar atrás de ella. Elba no para de hablar de los nuevos cristianos que le prometieron ir a la Iglesia ni de lo cerca que se siente de la luz que irradia del pastor Ramón. A veces, cuando unas irrefrenables ganas de gritarle puta invaden a Aída, cuenta hasta diez. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cuando llega al cinco, como si fuera un milagro o una rutina natural, Aída cuenta otra vez la historia de cuándo ella misma, con el poder de la oración, pudo hacer que un hombre postrado en una silla de ruedas se convierta en rengo.
Aída llega hasta la parada del Colectivo que la va a llevar primero a Constitución, donde tomará el tren y llegará a El Jagüel. Saluda a Elba con un beso, por el cual siente tanto asco como cuando se despedía de su padre antes de irse a la escuela. Al levantar la mano para detener el colectivo, su mente parece limpiarse y comienza a pensar en su hijo, Brian, quien hace dos días no va a su casa.
9 comentarios:
Como a pesar de mi avanzada edad soy lo suficientemente inmaduro, el verano pasado me encontraba en chancletas, con el pelo sucio, sentado contra la pared y bebiendo cerveza en la esquina de mi casa. Avanzaban y se toparon con su "oveja descarriada" una morocha delgada con rasgos originarios y una rubia de ojos color del cielo que tropezó en un castellano torpe.
- Where are you from? le pregunté; de culo casi cae (a veces escribo como yoda habla).
En definitiva a las mormonas (no de otra cosa se trataba) las sorprendió este borrachín parlante por aburrimiento, que en un inglés medio torpe como su castellano logró explicarles que conocía a Smith, incluso Texas, de donde esa hermosa rubia era.
Me regaló su evangelio, lo firmó con su nombre y le dibujó una carita =) como esa.
Mientras leía se me había ocurrido tirar algún chistecito medio boludo usando a ese animal con el que identifican a los "fieles" de una religión (cualquiera sea ésta).
Lo reconsideré. Se me ocurrió pensar otra cosa.
¿Qué pasará el día en que ella no llegue a cuatro y de su boca salga un contundente y aturdidor PUTA? ¿LLegará el día? ¿0 habrá que esperar al juicio final para verlo?
saludos, Marian.
Pobre Aída. Lo mejor que le puede pasar es gritarle puta a Elba, meter más de cuatro recitados de cómo su vida fue alterada por El Señor, y que se la apoyen en el tren. Pero no caiga en la tentación, PH, y reprima su instinto de impulsar prontamente a Aída por ese despeñadero.
(Especifique capítulo y versículo del epígrafe rockero, por favor. )
Seguro que termina linda como Betty la fea o la rubia de esa película de HW -cuyo nombre, por supuesto, no recuerdo-, se saca los anteojos y revela con flamante escote un lomo importante -me gusta hablar como chico. Todas las de anteojos y pollera larga terminan así. Si no, no sé qué clase de literatura hacés vos, pero de seguro una que no vende.
Mejor me callo, sí.
Beso, F.
S:
"Cantatas de puentes amarillos", incluida en 'Artaud', de Pescado Rabioso (oficialmente; el disco en verdad es el primero solista de Spinetta).
Mi muy estimado Matías,
Muchas gracias por ser encantadoramente solícito y hacer la tarea que GV no hace, pero pedí capítulo y versículo, con lo cual todo ésto parece ser en vano, como no dormir ¿Me mintieron y no existe la tal Biblia del rock?
nadie: ahh, pero esas mormonas no siguen al pie de la letra su evangelio
apologista: quiero el chiste, quiero!!! no se si llegara ese día; espere a la segunda parte que cambia todo un poco
mp: resisto, resisto pero cuesta.
s: tengo un blog y escribo en mi blog. claramente no vendo.
s2 (o s prima): el versiculo es: Evangelio según Spinettado, 8.-24FGR87, 4 ° C, al fondo. Es rara la notación
Es como chiste repetido. Pierde su gracia -y si no la tenía en el momento en que fue pronunciado peor-.
Esperaré la continuación de la saga evangelista.
Mirame a mí, venir a aclararle a Maradona lo que es una pelota. Qué insolencia. Perdón, S: no volveré a dudar de su sapiencia en estas lides.
(Sí, estoy medio sensible. Ando pidiendo perdón por pecados no cometidos, incluso por pecados inexistentes.
Qué maricón.
(Perdón, C.H.A.))
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