type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: El futuro: todos buscamos un padre

7.1.07

El futuro: todos buscamos un padre


Hace tiempo que no iba a un recital tan bueno, tan parecido a dos discos querídisimos por mí y escuchadísimos en los últimos tiempos, como el que dieron ayer Angela Tullida y Pequeña Orquesta Reincidentes en El Planetario.

Hacia la libertad, hasta la necedad

Señores, ya está: acabo de encontrar al sucesor de Pauls; es
Gonzalo Garcés. Y punto. Ahora, hay que ser el sucesor de Garcés, ahora hay que matarlo a él, escupirlo, faltarle el respeto pero darle un abrazo si lo encontramos en el baño de un aeropuerto.

¿Exageración?. Las pelotas: leí El Futuro en seis días y tuve que contenerme para no leerlo en dos. Y no es que sólo se lee rápido, es, además, la exposición de la mirada que hay que tener sobre los “temas” de la literatura.

La historia es más o menos esta: el protagonista es Miguel, un empresario chileno con mucha plata que viaja a París para ver a su hijo y conocer a su nuera. Miguel es un sesentista sensual – de esos que aceptarían que uno está en política para garchar y poco más que para eso -, que se enamora del culo y del pelo negro de su nuera, que se ve inmerso en la actualización noventista de la atmósfera de los 60 que produce un masivo paro de transportes en Francia que lo retiene junto a su hijo y al culo de su nuera durante mucho más de lo planeado.

Entre sus dedos ajados
su libro negro de historias
hechas con polvo de gloria y con olor a derrota

¿Por qué se llama El Futuro? Esto, que parece una pregunta para alumnos de secundario pergeñada por un profesor que no tiene ganas de laburar ese día, da claves para entender parte de la fascinación de Garcés. En la novela, hay dos tipos de padre: los que representan La Ley, la constancia, la madurez, la seriedad; ahí están el padre de Miguel – que le comunica las decisiones sobre su vida a través de su madre, que le prohíbe vanamente ir a una manifestación de “rojos comunistas” previa al Golpe de Pinochet – Raymond Bulteau, jefe del Partido Comunista francés durante el Mayo del 68, un stalinista exageradamente ascético, que sólo ve en el Mayo Francés la contrarrevolución, el vicio de los jóvenes en la sensualidad del amor libre, las calles cortadas, el ambiente de fiesta que olvida que la política es sacrificio, rigidez y sobre todas las cosas, disciplina. El otro tipo de padres es el mismo Miguel: la contracara de Bulteau, inconstante – tres divorcios -, inmaduro, gestor de una extraña relación de competencia con Joaquín, su hijo, (que se enamore de Mona, su nuera, que Joaquín de pequeño y estando enfermo no quiera ir de vacaciones y Miguel vea eso como otra de las tantas formas de las que su hijo dispone para cagarle la vida), pero al mismo tiempo con pretensiones de grandes frases, de oráculo necesariamente confuso.

Ni uno ni otro tipo de padre ven el futuro, ninguno lo considera como posible: el Padre Ley porque, como dice Kant, la acción moral no se preocupa por sus consecuencias; Miguel, porque su hijo es un obstáculo no para el futuro - ¿cuántas veces piensa en el futuro en las 300 y pico de páginas? – sino para el presente; la huelga general francesa, como un momento previo a la revolución, le sirve a Garcés para detener el tiempo, para que todo parezca presente y nada futuro: ¿cuál es el futuro que se prevee en esa situación? Indeterminado: la policía podría reprimir, el gobierno podría caer, a quién le importa? Manifestación, revivamos el pasado en el presente. Disparemos a los relojes.

Y va su estampa lejos, más allá de la verdad
Y en el bastón todo el peso, de la tremenda angustia
con él la resistencia, con el la libertad.

Mientras que la voz sonante de la novela es la de Miguel, entender lo que piensa su hijo parece difícil: sin embargo, Garcés lo hace fácil – o hace que parezca fácil – poniendo las entrevistas que su hijo hace sobre Bulteau para un futuro documental: ¿qué hay en el Padre Ley que no haya en Miguel? ¿la rigidez, la coherencia teórica?

Garcés cuenta en
esta entrevista como fue que inventó al personaje de Miguel

En realidad, primero escribió un texto breve
donde un sujeto recién llegado a París llamaba a un amigo de juventud. "Quedan
en verse, pero antes de cortar él le pregunta al amigo: `Che, ¿vos creés que nos
vamos a reconocer?´ El amigo le dice: `Sí, yo no estoy muy cambiado. Bah, eso me
parece. A ver, dejame que me mire´. Se hace un silencio en la línea y él
entiende que el amigo está viendo en el espejo algo que, tal vez, no debió ver.
Es más, sospecha que no van a encontrarse. Y al cabo de un momento, sin decir
nada, cuelga. Todo esto era contado en primera persona. Nunca pude insertar esta
escena en la novela, pero el personaje de Miguel salió de ahí."

Sí, puede ser que sea la coherencia lo que Joaquín, el hijo, busque en la figura de Bulteau como símbolo del padre que hubiera querido tener; el padre maduro, seguro y, por sobre todo, constante, que puede justificar su pasaje de la política a la religión sin problema, sin desesperaciones existenciales, sin borracheras parisinas. Pero, como al tipo que se asusta de lo que ve en el espejo, Joaquín se horroriza sabiendo qué consecuencias lleva tener ese padre: Bulteau sacrifica a su hijo por la revolución teórica, científica.

La cerveza post-Angela Tullida trajo otra de mis inconsistencias:
- ¿Por qué las novelas argentinas parecen tener que hablar sobre los 60 o sobre los 70, incluso en un tipo como Garcés, que no pudo más que vivirla como un chico de cinco años, que no hizo más que escuchar a los demás hablar de eso?
- Callate, si vos escribiste un guión que se llama Los años 70.

Aceptada. PERO

"Miguel no representa a una generación, es un caso particular, hasta diría un caso raro. Su época lo marcó, seguramente, pero eso nos pasa a todos -afirma-. Lo que sucede es que el mito de esa generación es tan fuerte que impidió, por mucho tiempo, sacar de ahí una literatura de verdad, es decir, una literatura de personajes. A mí me gusta pensar que ese mito se va atenuando, que hoy ya es posible darle a un personaje el contexto histórico de esos años sin caer en el homenaje, la parodia o la denuncia. Yo quise contar la historia de un hombre confundido, como lo estamos la mayoría, más allá de la época."

El elegante campesino de negro
Con elegancia camina
con su sombrero en la mano

(AT, el elegante campesino de negro)


MP se preguntaba con El Futuro hace mucho tiempo porque solo lo conmovía la relación padre-hijo en la literatura: no lo sé, mi historia siempre me llevó a pensar cuál hubiera sido mi futuro si mi viejo hubiera sido otra cosa; por ejemplo, si en vez de estar muerto, estuviera vivo.

(*) la foto es de Pacha, que tiene las fotos más pulentas de Playmobil

22 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Papá? ¿Sos vos, haciéndome una broma? ¿O en serio a alguien le gustó?

Anónimo dijo...

Sí, Luke, soy tu padre. Sacame la máscara que me ahogo.

Anónimo dijo...

No veo clara la línea sucesoria. No me suenan tan semejantes Pauls y Garcé. El nexo parece ser Bolaño, pero uno lee a los tres y no se parecen mucho. No sé, déjenme pensar un poco más el asunto...

Unknown dijo...

No se... Pauls no tuvo que echar mano a la imaginación de una época que no vivió. Muchas veces se siente nostalgia por cosas que no se vivieron. Y eso, a cierta altura, empezó a resultarme irritante.

Generalizo sin saber. Otra vez.

Playmobil Hipotético dijo...

mp: sí, no sé, es extralimitada también la línea sucesoria; en todo caso, no quise decir más que para mí el problema estaba resuelto. Pero ponerse a buscar continuidades me da un poco de paja. Pero el tema era ese que decíamos de Bolaño: recomienda tantos autores disímiles que uno empieza a pensar que era mejor amigo que crítico coherente; y me parece muy bien que así sea.
ash: está bien la generalización, auqnue no creo que la comparta; lo que tiene la generación de los 60 y de los 70 es que tienen un anclaje muy pesado en nuestra epóca; eso hace que cualquiera pueda sentir alguna de sus influencias, aunque claro, atravesada por interpretaciones que dependen de otras interpretaciones. El tema, quizás, es construir una que no dependa de las clásicas, de las originales; me parece que ahí Garcés y Pauls se distinguen generacionalmente y prefiero un poco más a Garcés. De todas formas, no era mi intención trazar lineas de continuidad o herencia, sino exagerar lo que me pasó leyendo. Eso nomás

Anónimo dijo...

Continúo tu respuesta a Ash: sí, yo también me siento, ideológicamente, más cerca de Garcés. Pero, gustándome todo lo que me gustó El Futuro, El Pasado representa para mí mucho más. No más que el libro de Garcés: más que casi todo otro libro.

Anónimo dijo...

El diálogo de los dos primeros comentarios es demasiado bueno como para que éstos sean sucedidos por otros. ¿Qué hizo, MP? Muy probablemente fue también Ud. el que firmó D. Vader: con más razón. (Créame, no es personal, no lo persigo de blog en blog para oponerme, es que Ud. se lo busca.)

Anónimo dijo...

Yo siento un proyecto diferente en Pauls y en Garcés. El Pasado se inscribe en la línea Stendhal-Proust, de rascar el fenómeno del amor para encontrar, debajo, la obsesión y por fin la entropía. (Recordar el final: "Seguían desangrándose", o algo así.) En cambio en Garcés hay otra cosa: un personaje que lo chupa todo, lo reinterpreta todo. La historia, la cosa generacional, terminan siendo apéndices de esa personalidad avasallante. Como personaje, el Miguel de Garcés es inolvidable y en este sentido deja atrás no sólo a Pauls sino a toda la novela argentina actual. Tenés que remontarte a Cortázar (aunque a Garcés no le guste) para encontrar personajes tan vivos. Mi lectura, en todo caso.

Playmobil Hipotético dijo...

mp: sí, así es; generacionalmente, garcés; en tanto novela que hubiera querido escribir: el pasado, siempre, incluso teniendo que ser así como es pauls.
s: es que a usted le gusta la chacota, vio
fabian; me gusta tu lectura pero no sé si el personaje de miguel es el que reinterpreta; el personaje de miguel, en todo caso, lo que hace es justificarse una vez de forma distinta, sin siquiera buscar la coherencia exigible a una interpretación. El que reinterpreta es Garcés: como lo hace? Justamente, mostrando la incoherencia de la justificación de Miguel; esa es, en todo caso, la reinterpretación de la época, teniendo a Miguel como mera excusa.
Con respecto a lo de Pauls, es muy probable que esa línea esté bien trazada. Gracias por el comentario. Slds

Anónimo dijo...

Facundo, a lo mejor me expresé mal. Quise decir que esa subjetividad radical de Miguel -que, como vos señalás, se contradice, quiere todo y su contrario— de alguna manera yo la leo como un pataleo existencial. El tipo está luchando para zafar de la determinación histórica. Es un intento patético, pero de alguna manera heroico. Bulteau es lo contrario: él tiene la aspiración hegeliana de acompañar la Historia, captar las leyes de la Historia para servirlas mejor. Con toda su lógica, termina encarnando un principio de muerte, mientras que Miguel con su capricho encarna una vida ridícula, mal parida, pero vida al fin. Bue, la hice larga, justo lo estamos charlando con un amigo...

Anónimo dijo...

¿Alguien puede decirme si salió algo nuevo de Garcés después de Futuro?

Playmobil Hipotético dijo...

fabián; pataleo existencial, me gusta eso. se parece demasiado a la adolescencia y me parece que por ahí va la vida de miguel y las críticas de su hijo; quizás es una adolescencia cargada de significados opuestos, de desmesura de opinionest, de contradicción llevada adelante a las pataleadas. La razón de este post es, además de haberlo terminado recién, varias y largas conversaciones con MP. Saludos
nina: no, nada nuevo, salvo algunas cosas en diarios y eso, creo.

Anónimo dijo...

S: usted persiga. Yo tengo que correr, ¿no? Pues corro. Señaleme cuándo tengo que dejarme alcanzar.
¿Qué hice? Lo de siempre. Aparezco. No sé si soy oportuno o no (no, en este caso). Pero, como alguna vez sentenció PH, y más que burla sonó a amenaza, cada vez me parezco más a una fuerza de la naturaleza.

Nina: no, no salió nada. Pero tenés 'Los impacientes', novela de amor con trío, inferior a El Futuro (incluso para el autor) y Diciembre, su primera novela. Si la ves, ¡ni se te ocurra comprarla! Sos demasiado chica. Contame dónde está así la leo antes, y te cuento si es un libro para nenas como vos.

PH: tu post: todo un éxito.

Anónimo dijo...

¿Por qué tantos se ponen medio locos cuando se trata de garcés??? Hace unos meses pedí un libro de él en el ateneo y casi me agreden... "¿Por qué querés leerlo a ese? Lo tenemos fondeado... habló mal de piglia..." ¿Y esa persecuta?

Por lo de nena te digo gracias, tengo 29 y me encantaría empezar a cumplir para atras...

Playmobil Hipotético dijo...

nina: creo que tiene que ver con algunas de las opiniones que se vierten sobre Garcés en el mundillo literario argentino y que están en los links de abajo; en mi humilde opinión, bastante mala leche los del ateneo y los de los links. Pero bueno, es verdad, que el mundo literario argentino a Garcés le resbala y como sabemos no es fácil convertirse en un Redondo (Redondo: jugador de fútbol uqe no quiso jugar en la Selección porque la estaba juntando con pala en el Real Madrid)

http://www.elinterpretador.net/16JoaquinLeonac-ElBaldioCultural.htm

http://www.elinterpretador.net/16SebastianHernaiz-MeDaPorLasPelotas.htm

Anónimo dijo...

Fue un chiste, Nina. Me gustó tanto El Futuro que quiero leer todo lo que pueda de GG.
¿29? Toda una nena.

Anónimo dijo...

Gracias x la orientación chicos. MP: muy bueno tu blog también. Suerte a los dos.

Anónimo dijo...

Si yo soy asi es por culpa de las drogas.

Si me gusta Garces, es por culpa de las drogas.

Playmobil Hipotético dijo...

gracias, niña nina.
ep_ la gracia del sabio ricky espinosa era decir exactaemnte lo contrario: si yo soy asi No es por culpa de las drogas, lo cual estaba muy bien por miles de razones; y no, no me gusta garces por las drogas; y tampoco me gustan las drogas por garces. Como se sabe, es imposible leer fumado.

Anónimo dijo...

Ya me cansaron, ya mismo me birlo un Garcés de lo de Pailos y me lo pongo a leer.
Larga vida al gobierno provisorio

Anónimo dijo...

Garcés está escribiendo una novela parece que policial y de ciencia ficción (??) ambientada en Buenos Aires que empieza en 1978 (casi guerra entre Chile y Argentina) y termina en el 2052. Fuente: Revista Caras (Chile).
Saludos a todos los garcesianos desde Santiago.

Playmobil Hipotético dijo...

zedi: birle, birle, y si no comprelo en saldos que esta baratito. larga vida
gracias, pablo: ¿se va a convertir en un dick latinoamericano? me da un poquito de miedo pero esperaremos.saludos