type='text/javascript'/> Mundo Playmobxx: razones para estar solo II

19.1.09

razones para estar solo II

No salió nada como habíamos planeado, nada como creíamos que teníamos que pasar y si hubiéramos dicho que nos pasaran a buscar a tal lado, no hubiera tenido sentido; no había tortas, el cine no tenía más que un cartel de localidades agotadas o de horario empezado, las calles parecían haber dejado de comportarse como esas líneas que no se modifican y entonces, todo se convirtió en un largo periplo donde todo estaba bien porque todo salía mal y, sin embargo, seguíamos hablando de cine o de facultades o de viajes que hicimos y queríamos hacer y debajo de todas esas palabras, había algo que uno trataba de controlar, de comprobar hasta dónde era sensato y esa extraña sensación de armonía.
Llegó la noche y ya hacía seis horas que estábamos dándole vueltas a los barrios, a todos los medios de transporte y todavía mi cerebro no me exigía ni la huída ni el retorno a la guarida de Parque Patricios y de nuevo, ya por cuarta vez, probemos con el cine y chusmeemos librerías, un extraño regreso a la tumba secreta pero abandonada del héroe.

En medio, creo que ya habían pasado cuatro horas, ya tenía ganas de darle un beso, cosa que no pasó, fundamentalmente porque ella se puso a hablar con los padres de un niño de unos cuatro años, excesivamente preocupado en mostrar sus dotes actorales en un futuro programa de Tinelli con niños.
La noche llevó a la primera cerveza y extrañamente todo se pintó con la solemnidad de la autobiografía y de la reflexión profunda, género al que estaba acostumbrado cuando aún podía hablar de corrido durante treinta minutos sin tener que ver el video para detectar errores. Ahí, confirmado, confirmadísimo y me siento parte del mundo masculino tratando de explicar el errático e inentendible mundo femenino, poniendo dos hipótesis al costado del cerebro, para reevaluarlas nunca y utilizarlas sólo como parte de una charla ridícula donde los hombres creemos que entendemos definitivamente a las mujeres.
Uno, el pasado de ellas está poblado de historias de padres muertos, ausentes, abandónicos, o simplemente caricaturescos – como el que le decía que era una estúpida, que no le daba para estudiar en la UBA y a los cinco minutos le daba trescientos dólares. Nunca, creo que nunca, me tocó una con un padre normal.
Dos, el hecho de que mi padre esté muerto genera la falsa ilusión de la comprensión de una situación, de la empatía. Falso. Pero también al pedo afirmar que la comunicación de sentimientos entre humanos es la ilusión que mantiene unido a cualquier grupo con más de dos integrantes.
Hacemos lo imposible para llegar tarde y lo logramos. Hendler ya está abriendo descontroladamente la segunda botella de vino, yo ocupo todo el apoyabrazos, ella hace un reclamo, yo le agarro la mano, compruebo que todo está en orden – que no hay movimientos para soltarse, que no hay un reclamo posterior – y abro los ojos cuando el amigo imaginario de este blog está a punto de matar al coreano.
Después, más cerveza, comida, colectivos que no quiero correr y pensando que no estaría bien que le diga de coger pero que tampoco estaría mal que ella me diga lo cerca que estamos de su casa y lo lejos de la mía pero, no importa, todo está bien.
Antes de eso, hay algo importante. En el medio del cine, manos entrelazadas, mimos en el pelo, exactamente donde deben ser y con la velocidad exacta que debe imprimírsele a la mano. Atención, enciendan las luces de la sala ¿eso es comodidad?¿estoy cómodo?¿no estoy demasiado cómodo?, ¿no es una situación que tendría que ser un poco más tensa, con mayor cantidad de nervios apropiados? Sí, claro, eso es la neurosis. O la paranoia.
(*) pic from here

3 comentarios:

julieta eme dijo...

PH: ¿escuchás las sirenas? es la policía de género... ¿qué es eso de "errático e inentendible mundo femenino"?

cito del post anterior: "ser tímido es tener miedo a lo que digan los otros de vos, a equivocarte, a quedar como un idiota". cuánta verdad, cuánta...

me mata lo de "ah las chicas que me gustan" y "me sueno la nariz". muy bueno.

ahora entiendo por qué te gustó tanto Los paranoicos. con una buena compañía masculina, a mí podría gustarme hasta Batman... jajaja...

beso. y seguí posteando que la intriga me mata....

Eric dijo...

Ah, genial!
Venía esperando hace mucho tiempo por estos posts, adelante!!

Opinologa autorizada dijo...

Poder ver Los paranoicos con alguien y estar comodo viendolo con ese alguien, tendria que haber sido un exito asegurado!